ℌ𝔦𝔯𝔞𝔢𝔱𝔥 | Un término galés, para una profunda nostalgia por un lugar, en el que nunca se ha estado.
𝔈𝔫 𝔡𝔬𝔫𝔡𝔢.... "Adora Yvonne Bell, una joven bruja, que llega a Forks luego de que por ciertas cuestiones abandona Los Ángeles, para poder...
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───¿𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐔𝐄𝐋𝐄 𝐓𝐀𝐍 bien?. ―Lorenzo entro con una sonrisa en el rostro, sintiendo el agradable aroma de comida recién preparada. ―No sabía que cocinabas, Adora... buenos días.
Ella lo miro por encima del hombro cuando lo escucho entrar a la cocina, le dio una dulce sonrisa mientras apagaba la estufa, tomo el plato con tocino y camino hacia la mesa.
―Aprendí hace algunos años, la verdad no sabía ni hervir agua, pero alguien se indignó de mis inexistentes habilidades culinarias, así que me enseño. ―dejo el plato y tomo asiento, junto a él. ―Buenos días, tío.
―Entonces puedo dejarte a cargo de la cena, debes en cuando... la cocina no es lo mío, pero se hacer una buena parrillada. ―alardeo un poco, lo que hizo sonreír nuevamente a su sobrina.
―De eso no tengo duda, pero aceptare hacerme cargo de la cena si ustedes, limpian los platos.
―Un trato justo, un trato muy justo. ―miro el gran desayuno en la mesa, sonriendo por todo lo que había. ―Por eso Cassiel, será quien los limpie hoy.
―¿Qué yo que?. ―pregunto el azabache, entrando recién a la cocina, sin comprender que pasaba. ―Oh... ¿Quién hizo el desayuno?.
―Yo y tú, limpiaras después. ―una sonrisa burlona, apareció en sus labios.
Él abrió sus ojos en sorpresa, quitándole todo rastro de sueño del rostro. ―¿Por qué yo? Papá también ensucia, no es justo.
―Todos debemos aportar en algo, además tú no sabes cocinar, así que te toca limpiar los platos.
Cassiel soltó un bufido derrotado, eran dos contra uno así que no le quedaría de otra, se acercó a su prima y dejo un beso en su cabeza, para luego ocupar el asiento a su lado. Adora le sonrió mientras comenzaba a comer su desayuno, hoy era su primer día de clases y estaba entre emocionada, e inquieta, por lo que agradecía tener la compañía de su primer, en su primer día.
―¿Leíste lo que te entregue ayer?. ―pregunto su tío, degustando del café.
―Lo hice, las reglas de los aquelarres no varían tanto, siguen las mismas bases e ideas... algo aburrido, a decir verdad.
―Las reglas existen para prevenir, no para divertirnos... así que por favor evita ir en contra de ellos, los Ancianos ya tiene un ojo en ti por lo ocurrido en nuestra familia, así que por ahora mantén un perfil bajo y relájate, Forks es un lugar seguro para los nuestros.
―No hay lugar seguro para los nuestros, no para nuestra familia. ―le dio un sorbo a su té.
―Eso puede ser verdad, pero de la ignorancia de los demás, es nuestra ventaja. ―ella miro a su primo, quien disgustaba los panqueques. ―A veces vemos, solo lo que queremos ver...
