No poder dejar ir

150 9 0
                                    

El agua caliente se deslizaba suave y cálido por cada parte de su cuerpo, llevándose consigo cada rastro del jabón que había utilizado hace unos minutos. Mantenía la cabeza alzada, dejando que el agua cayera directamente en su cara mientras pasaba sus manos por su cabello que se le pegaba a la piel del cuello, una deliciosa sensación que relajaba cada musculo de su cuerpo.

Entonces sintió dos manos que empezaron acariciarle los costados y unos labios comenzaron una seguidilla de suaves besos que recorrían su hombro y el cuello.

Cass rió, sintiendo el placer y las cosquillas que aquellas caricias le ocasionaban, y, complacido por las atenciones, se dio la vuelta para recibir los besos de su acompañante en los labios. 

El agua continuó cayendo sobre ambos cuerpos y el vapor dejaba una densa niebla que dificultaba la visión, pero lejos de molestar, aquello les daba una mayor sensación intimidad, envalentonándose para aumentar la intensidad de su juego. Cass movió a su pareja para dejarlo contra la pared, tomando control de la situación, antes de volver a juntar sus bocas, tomando el dominio. Un beso mas hambriento y demandante se hizo presente entre ellos, las caricias también comenzaron a ser mas descaradas, algunas risas se escapaban de entre beso y beso, pero cuando las cosas comenzaron a caldearse de verdad Cass fue el que terminó con un pequeño mordisco en los labios ajenos.

-Para, estamos en casa de mis abuelos.-susurró sin poder evitar que la risa se le escapara de sus labios, abriendo los ojos para contemplar los de su acompañante, cuyo color cielo le devolvían la mirada con brillo travieso.

-Lo siento, tienes razón, supongo que me dejé llevar.-rio divertido el chico en cuestión pero aprovechando el momento de darle un beso rápido a Cass en los labios antes de separarse por completo de él.

-¡Aoi!-rio Cass mientras el chico escapaba de él para tomar una toalla y sacarse su cabello blanco como la nieve.

-Vamos, Cass, estoy emocionado ¡nunca he ido a un festival de máscaras en otra región! Y además, es el sitio donde vive tu familia ¡estoy bastante nervioso!

Cass sacudió la cabeza divertido mientras también salía de la ducha, tomando su propia toalla para secar su cabello.

-Ya te dije que te quedaras tranquilo, les has gustado, si no, no te habrían dejado pasar la noche en nuestra casa, y menos dejarían que durmieras conmigo en mi habitación.

-No sabría decirte, tu hermana parece que me odia.

-Oh, Corín odia a todo el mundo de primeras, luego, con un poco de suerte, te tolerará-se encogió de hombros, aunque una parte de él sabía que eso sería una esperanza inútil por la forma en que vio como Corín miró a Aoi en cuanto lo presentó.

-¿Solo me tolerará?

-No le quedará mas remedio, no tienes que gustarle a ella, mientras me gustes a mi, no tiene nada que decir.-susurró con un tono de voz coqueto, haciendo que Aoi arqueara una ceja, devolviéndole la sonrisa.

-¿Y hasta dónde te gusto?

-Mucho.

-¿Cuánto es mucho...?

-Lo suficiente para tener una cita contigo en mi festividad favorita, en mi tierra y presentarte a mi familia.-contestó, esta vez acercándose a Aoi.

-Hmmm, me gusta como se oye eso. Suena a que te gusto un montón.-susurró Aoi en tono provocador, esperando gustoso la cercanía de Cass antes de que él volviera a reclamar sus labios.-Mmh ¿no habías dicho que no debemos hacer esto en casa de tus abuelos?

-Creo que no pasará nada por uno o dos besos a puerta cerrada...

Con una risita, Aoi volvió acercarse a para besarlo y Cass ya cerraba los ojos para recibirlo.

Tu dices Blanco, Yo digo Negro.Where stories live. Discover now