ES UNA SIMPLE CHARLA

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Cass permaneció quieto y en silencio en el sitio, con la mirada clavada en la joven que acababa de aparecer por las escaleras de la biblioteca ¿Qué hacía ella a estas horas en la biblioteca? Ella no se percató de su presencia y continuó caminando hacia las estanterías hasta detenerse en una en concreto y buscando un libro, quedando en una posición privilegiada en la que Cass podría contemplarla sin ser visto. 

Eso es lo que hizo, mirándola de arriba abajo y sintiendo un ligero rubor en sus mejillas cuando se percató que ella estaba vestida con un pijama de pantalón largo de color rojo pero con la pieza superior de color amarillo y de mangas cortas, con el símbolo del tipo lucha estampado en el centro de su espalda. También, por lo que se percató, ella estaba descalza y caminaba arrastrando los pies como si no sintiera la frialdad del suelo, aquella manera de caminar hizo que Cass mirara mejor su rostro.

Juliana tenía el cabello totalmente alborotado como si hubiera estando moviéndose mucho en la cama, y Cass también pudo darse cuenta de que ella tenía los ojos hinchados por el sueño, incluso le pareció ver unas ligeras bolsas bajo sus ojos. Ella se pasó una de sus manos por su cara, evidenciando lo exhausta que se encontraba pero que intentaba mantener la atención en lo que estaba buscando.

"¿Ella no está durmiendo bien...?"-fue el pensamiento que vino a su mente dejándolo con una sensación de preocupación.

Juliana pareció encontrar lo que estaba buscando, cuando sacó un libro rojo de la estantería y lo revisó justo entre medio de las páginas. Cass no estaba seguro si de verdad estaba leyéndolo o si solo intentaba hacerlo, ella parecía estar demasiado agotada para que poder concentrarse en procesar las palabras. Juliana dio un suspiro, apoyando su espalda en la estantería y dejándose caer por ella hasta quedar sentada en el suelo y cruzar las piernas para apoyar el libro entre ellas y seguir leyendo.

Cass permaneció donde estaba y durante los siguientes veinte minutos se quedó en silencio observándola, dándose cuenta de que tenía en su pecho una sensación de calidez por haberla visto de nuevo, casi como si hubieran pasado otros siete años desde la última vez y no solo unos días. Contempló su aspecto, tan diferente al que tenía en sus recuerdos de cuando aun eran críos; El pelo castaño y su trenza habían desaparecido y, en su lugar, ahora había un pelo muy corto y revuelto de color azul, lo mismo pasaba con sus ojos, que se habían rasgado con el paso de los años dándole un aire mas adulto y su color también castaño se habían ido para dejar paso ese brillante escarlata que parecía arrasar a cualquiera que se topara con ellos. 

A Cass no le extrañaba que no la hubiera reconocido esa noche en el techo de la Academia Naranja, de hecho, estaba seguro de que si la hubiera visto desde mas lejos la podría haber confundido con un chico porque parecía ser totalmente alguien diferente a cuando él la conoció, ni siquiera las otras veces que la vio, en aquella foto que le mandó Nerina o la vez que logró verla de lejos en el Pokemon World Tounament, había tenido demasiado cambio a como él la recordaba.

Juliana volvió a pasar su mano por la cara que hizo que Cass  volviera a ser consciente de lo cansada que parecía estar y que ella tampoco estaba exactamente en el mejor lugar para estar cómoda; descalza, sentada en el frío suelo, poco abrigada para su gusto y  dejándose los ojos en aquel libro por estar alejada de la única zona de luz que proporcionaba la chimenea. Cass abrió la boca, dispuesto a llamarla pero dudó. Sabía que en cuanto ella se diera cuenta de que él estaba ahí volvería a poner todas sus defensas en alto y posiblemente se iría a toda prisa de allí.

"Pero si me quedo quieto y callado ¿Cuál sería el punto de haber venido?"

Armándose de valor, se levantó del sofá para estar a la vista y, modulando su tono de voz para no asustarla, habló:

Tu dices Blanco, Yo digo Negro.Where stories live. Discover now