𓏲 Capítulo 4

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— Quiero ser como ella. — susurró una pequeña Chaeyoung de diez años, con mirada brillante y llena de emoción. Su madre, la reina, le entregaba su respectivo premio a la ganadora de las nacionales de patinaje sobre hielo. Su nombre era Kiara, una rubia que parecía volar en la pista ferozmente. Y Chaeyoung solo podía verla de lejos, tristemente. Aunque se muriera de ganas por ser ella misma quien le diera las felicitaciones, pues siempre había admirado demasiado a Kim Kiara. Era su ídolo, su gran inspiración. Pasaba horas en su pista de hielo personal solo por ella, porque quería algún día ser tan buena y talentosa como aquella chica.

El gran sueño de Son Chaeyoung era patinar profesionalmente, y había tenido eso claro desde la primera vez que asistió a una competencia de patinaje artístico a la corta edad de siete años, cuando a su madre también le correspondía entregar los premios a los ganadores del día.

Tenía siete años, no estaba de humor para acompañar a su madre a un aburrido evento y lloró por horas antes de salir del castillo y partir a aquel lugar que sin saberlo aún, llegaría a significar demasiado para ella.

— ¿Quieres ser como la reina? Pues tiene muchas arrugas. No creo que sea lindo tener su cara. — respondió una voz inocente y suave, y la pequeña princesa Chaeyoung sintió la presencia de alguien a su derecha, más no volteó a ver de quién se trataba, pues estaba demasiado sumergida en la escena que presenciaba.

Ella deseaba estar allí y estrechar la mano de la hermosa patinadora, pero por más que le había insistido a su madre para que la dejase acompañarla a entregar el premio, ella ordenó que debía quedarse en su lugar, bajo la protección de los guardias.

Claro que Chaeyoung no se quedó tranquila con eso, se las arregló para escapar de los hombres que la vigilaban y buscar un lugar desde donde pudiese observar a Kim Kiara mejor.

— No, no quiero ser como mi madre. Hablo de la patinadora. — le respondió a la voz, sin darle demasiada importancia a tener una extraña de pie a su lado, rozando el hombro contra el suyo —. Quiero ser como ella. Quiero patinar, imagino lo libre que se debe sentir ahí, en la pista y con esa música llenándolo todo de vida y colores. Patinar debe ser como ser libre. Como volar.

La voz solo hizo silencio, así que la curiosa Chaeyoung giró sutilmente hacia lo que parecía ser alguien más baja que ella. Todo lo que pudo ver fueron unos cabellos rebeldes de un color rojo intenso sobresalir, porque cuando una melodía conmovedora inundó el lugar nuevamente, su atención fue robada y una vez más le prestó atención a lo que pasaba en la pista. Al parecer Kim Kiara hacía una rutina de despedida.

— Este deporte no es sobre ser libre. Se trata de perfección. — la voz contestó finalmente, todavía siendo suave y ligera. Casi tan dulce que podría doler —. Tampoco es sobre volar, sino ser torturado. Porque imagino que debe ser una tortura intentar alcanzar algo que nunca podrás tener, ya que la perfección no existe. Al menos no para los humanos.

❝ Sin corazón❞ || MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora