1-. Encuentro cara a cara

248 24 44
                                    

    Abriste los ojos con pereza notando la mañana había llegado más rápido de lo que habrías deseado. Te sentaste con letargo sobre tu cama, estirando tu espalda y brazos.
    Acariciando un poco tu cuello notaste el pequeño malestar que se cernía sobre tu cuerpo. Quizás dormiste demasiado, o simplemente te acostaste en alguna mala posición.
    Te levantaste estirando un poco más tu cuerpo, te acercaste a la ventana. Observando a través de ella, podías ver a los jardineros trabajando, al igual que el sol que estaba ya bastante elevado en el cielo.

    Un toqueteo firme sobre la puerta llamó tu atención. El sonido de una voz familiar pero alarmada pidiendo entrar te hizo reaccionar de inmediato. Tras dar el permiso, una mujer cerca de la tercera edad, la Ama de llaves, abrió la puerta con un gesto de preocupación.

    — Buenos días, Joven Maestra, ¿Durmió bien? ¿No le ocurrió nada ayer? ¿Deberíamos llamar a la policía?

    — Buenos días Margarita, estoy perfectamente bien —dijiste, mientras te acercaste a la mujer en el marco de la puerta—, ¿Pasó algo anoche?

    La mujer palideció ante la respuesta, casi como si hubiera visto algún espanto.

    — ¿Así que usted tampoco sabe que ocurre? —expresó soltando un suspiro, mientras sujetaba su cabeza en confusión—. Esto es malo, debemos llamar a las autoridades de inmediato–.

    — Espera un minuto —le interrumpiste, pues la mujer estaba a punto de salir corriendo por el pasillo—, pasa adelante y cierra la puerta, quiero saber que es lo que te preocupa tanto.

    Luciendo insegura, hizo caso a las órdenes, no sin antes cerciorarse de que no había nadie por los pasillos.
    Te sentaste en uno de los muebles de tu habitación, mientras Margarita tomaba asiento frente a tí. Su expresión decía más que mil palabras, lo cuál no hacía más que contagiar su angustia.
    Mostraste una expresión serena, intentando tranquilizar a la mujer frente a tí. Intentar mantener la compostura y saber que le preocupaban a tus empleados era algo que todo buen jefe debía hacer. Aún si hacer eso te ponía con los nervios a flor de piel.

    — Bien, ¿puedes decirme exactamente qué es lo que pasa? —preguntaste.

    — Joven Maestra, sé que no es de mi incumbencia su vida personal y realmente pido disculpas si suena demasiado osado de mi parte preguntarle esto, pero... ¿Invitó a varios huéspedes ayer en la noche sin avisarnos?

    Te quedaste perpleja ante la pregunta de la mayor. Tu expresión de sorpresa no pasó desapercibida, a lo que la mujer se paró de inmediato, con una expresión de pánico.

    — ¡Lo sabía, algo no estaba bien, hay que llamar a la policía! —chilló con horror.

    — ¡Cálmate! —dijiste con prisa, igual de alterada que ella—, ¿Cómo son esos "huéspedes"? ¿Han hecho algo?

    Tu mente se estaba asustando cada minuto más ante la declaración de la criada, pero intentaste mantener tu compostura frente a ella. La obligarte a sentarte nuevamente, ahora tu poniéndote a su lado.
    ¿Había alguien entrado por la noche para infiltrarse en la mansión? ¿Con qué propósito? O peor, ¿Cómo lograron cruzar la seguridad? ¿Y cómo lograron permanecer hasta ahora?

    — No sé cómo explicarlo, esas personas son demasiado extrañas, algunas incluso se disfrazan casi como animales, ¡Y Dios mío, incluso varios están semidesnudos! —expresó con horror mientras sujetaba su cabeza con ambas manos, casi como si recordara algún hecho traumático—. En cuanto llegamos por la mañana y notamos a estos extraños intentamos echarlos junto a los de seguridad, pero varios dijeron que te conocen y que ayer les invitaste. Hubo una pequeña discusión, pero una niña rara logró detenerla y-.

Fuera de Teyvat [Genshin Impact X Reader]Where stories live. Discover now