18. Tómame, abrázame y no me sueltes

284 21 152
                                    

Las maletas yacían tiradas en la entrada de su departamento y la ropa en los pasillos mientras los enamorados de encontraban juntos en su cama.

—Te amo. —entrelazo sus manos con las de Marshall— Te amo tanto. —

—Yo también, amor mío. —

Se volvieron a besar con dulzura. Marshall saco de los cajones el lubricante, unto un poco en sus dedos y empezó a preparar a Gary mientras depositaba besos en su cuello y hombros.

—Marshall... —susurro Gary con dulzura.

Gary tomo de la nuca a Marshall y lo besó mientras ahogaba sus gemidos en su magreo.

Era algo especial para ellos, y Gary no quería actuar vulgar frente a su verdadero y único amor.

Cuando Gary estuvo lo suficientemente lubricado, Marshall sacó sus dedos y acaricio la cadera de Gary con cariño.

Gary se sentó a horcajadas de Marshall, metiendo el miembro de Marshall dentro de él lentamente, mientras entrelazaban sus manos. Cuando Gary quedó completamente sentado sobre Marshall, jadeó adolorido y apoyo su cabeza en su hombro.

—¿Estás bien, cariño? —

—Sí... —

Marshall movió una de sus manos a la cadera de Gary, abrazándolo y besando su cabeza.

—Abrázame para siempre, mi amor. —

—Sí, y nunca más te soltare, bebé. —

Ambos sonrieron antes de darse un dulce beso y volver al acto en el cual se encontraban.

Con cuidado y cariño, Gary subia y bajaba sobre el miembro de Marshall, mientras era llenado de besos y caricias amorosas de parte de Marshall.

—Eres tan lindo, Gary. Te amo demasiado. —

—Haa... Marshall. —gimió— Yo también te amo. —

Ambos se profesaban su amor mientras aún seguían en las incesantes subidas y bajadas de Gary, a lo que Marshall decidio ayudarlo, poniendo sus manos en las caderas de Gary para darle más impulso en las embestidas.

Al sentir a su amado más profundo en su interior, Gary no pudo evitar soltar un sonoro gemido, asustando a Marshall.

—¿Cariño, estás bien? —

Gary le dedicó una sonrisa tranquilizadora a su amado, dandole a entender que estaba más que bien, a lo que Marshall entendió y siguió arremetiendo contra el interior de Gary, mientras este lo besaba y le recitaba palabras de amor.

—Tómame y no me sueltes... Jamás. —dijo Gary entre gemidos.

—Por supuesto que no. Eres mío. —

Dijo Marshall y mordió el cuello de Gary, haciendolo soltar lágrimas de placer y felicidad.

Ambos sentián una fuerte conexión entre ellos, no solo física, si no que también sus corazones y almas, deseando nunca más separarse.

—Marshall. —gimió de placer Gary— Cerca... —

—Yo también, mi amor. —

El agarre de Marshall sobre la cintura se hizo más fuerte junto a sus movimientos y gemidos de Gary, haciendo que su ansiado climax llegara juntos.

—Llename con tu amor. —gimió Gary entre lágrimas.

—Sí. —

Unieron sus labios en un beso de amor y únicamente amor al momento del orgasmo, uniendo sus corazones también.

Nuestro Mágico Amor (GumLee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora