La dulzura del primer amor

267 38 7
                                    


En su habitación Shen Jiu jadeaba contra las sabanas, su piel sonrojada cubierta de perlas de sudor, y lo que parecía un mar de jadeos abandonaba su boca mientras el verde esmeralda de sus ojos comenzaban a enturbiarse por el deseo, los labios rojos formaban un puchero difícil de ignorar y el cabello pegándose a su piel lo convertían en un cuadro pecaminoso con el que el discípulo más joven estaba obligado a convivir.

Habían escapado tan pronto como llego Liu Qingge, pero su maestro llevaba en un estado similar al celo desde que el demonio lo hirió, parecía un proceso de celo acelerado para el cual no podían llamar al sanador debido al secreto de la naturaleza omega de shizun. El lobo en el interior del chico más joven gimió suavemente, como si quisiera consolar al omega del mayor, pero al final era inútil; Shen Jiu seguía retorciéndose de dolor en la cama, el llanto más audible a cada segundo y la ropa siendo alejada poco a poco por el propio maestro a medida que la tela se le hacía incomoda y aun ni siquiera habían tenido tiempo de preparar el nido.

Luo Binghe apenas estaba empezando a controlar el latido acelerado de su corazón cuando sus ojos se perdieron por un segundo de más en las piernas largas que se frotaban entre si, sintiéndose extrañamente embrujado por el aroma dulce que escapaba de quien se supone debía estar enlazado como una figura familiar; pero en este momento solo podía concentrarse en lo agradable que era el aroma y en cuanto le gustaría poder hundir la nariz en el cuello largo y delgado o tocar la piel teñida de ese rosa encantador, probar el sabor de esos labios que se pasaban todo el tiempo saboreando cosas dulces.

Luo Binghe realmente no sabía cuándo se había acercado tanto a su maestro, pero su nariz ahora se encontraba contra la mejilla del hombre, y al pasar con suavidad la lengua por esta le supo tan dulce como las galletas que al mayor le gustaba que preparara; sus ojos se enfocaron en el color verde de las iris que ahora se encontraban perdidas en una bruma; luego sus labios al fin se unieron con los del otro omega, y casi se sitio que tocar el cielo, a pesar de que fue un toque breve, antes de salir corriendo como si el contacto quemara cuando escucho el gemido necesitado que el mayor dejo escapar al unir sus labios y la repentina sensación de fuego queriendo quemar su hombro; fue justo cuando Binghe se encontraba tentado a buscar más de ese enloquecedor calor que la puerta sonó con la entrada de Ming Fan, quien vio al omega asustado por casi haber sido descubierto y dedujo lo que a él le pareció lógico, el más joven estaba siendo afectado por el celo de otro omega.

—Tranquilo, Luo Binghe, prácticamente es una de mis obligaciones junto con las hermanas mayores velar por shizun cuándo esto pasa, necesito que te asegures de que nadie entre al pico y por favor llama a tus shijies, necesito que traigan los inhibidores especiales... ¡ah!, y no dejes que Liu-shishu entre... temo que algo malo pudo pasar en las caverna, vamos ¡Corre!

Luo Binghe se sorprendió al escuchar lo último, no era un secreto para nadie que Min Fang a pesar de todo admiraba profundamente al dios de la guerra, pero el tono de urgencia en la voz del beta le hizo apresurar sus pasos, apenas avanzando un poco tras salir de la cabaña para llamar a sus shijies cuando una presencia abrumadora se instaló frente a él, las feromonas espesas aturdiéndole y llenando sus sentidos de un olor pesado y picante , una presión horriblemente intensa en el ambiente que casi hace caer al joven omega de rodillas.

Al alzar la mirada, vio el rostro casi enloquecido de Liu Qingge, un estremecimiento recorriéndole por completo cuando el alfa le gruño, sus piernas ablandándose como si sus huesos se volvieran agua, pero no quería moverse, su omega gruñendo de vuelta a pesar de lo ridículo que posiblemente resultaba.

—No puede entrar...— la voz salió de los labios decidida, pero la fuerza abrumadora del alfa lo aparto sin gracia, el cuerpo del omega cayendo sin delicadeza en el suelo junto a la puerta, su aroma agriándose por el pánico de que su maestro fuera a ser descubierto. A penas pudo ver al pobre Min Fang luchando por mantener al alfa fuera de la habitación, el sudor cayendo por la frente del joven estudiante que claramente no contaba con la fuerza para retenerlo cuando un alfa aún más poderoso hizo acto de presencia.

Time Leap  || Original Luo Binghe/Original Shen QingqiuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora