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iobservamos dormir a un sujeto
en la enfermería !
( SEASON ONE:   ZAIDA ). 


—¡¿Has estado espiando a quién?!

Jadeé, tapándole la boca con la palma de mi mano, abochornada y sonrojada en partes iguales. El muy idiota que tengo en frente contiene una risotada, mientras que yo observo a mi alrededor, notando que demás campistas se han detenido a observarnos.

—¡No espié a nadie, imbécil! —Pero el sonrojo decorando mis mejillas no vuelve mi argumento realmente fiable—. Sólo... lo he estado observando.

Luke resopla divertido, quitando mi mano de un golpe.

De acuerdo, sí, todo parecía indicar que lo estaba espiando, pero te aseguro que... eh, no. No lo hacía.

—Observando... —Repitió el imbécil. Quise borrarle la sonrisa de la cara de un golpe—. ¿Podemos recapitular? A ver... encontraste a un sujeto en la colina —Luego parece darse cuenta de un hecho, por lo que frunce su ceño—. Espera, ¿qué hacías en la colina?

—Nada que te incumba.

Luke suspira. —Ya no me sorprende tu actitud —resopla, fingiendo ofenderse—. Bien decía mi abuela: tiendes tu pie, y toman tu mano.

—Ejem, creo que así no era.

—No te incumbe si así era o no —se defendió enfurruñado, haciéndome rodar los ojos—. Cómo sea... dices que lo has llevado a la enfermería, y lo has visitado desde entonces a escondidas. Mientras duerme. Eso es bastante aterrador y suena a espiar, si me lo preguntas, Zaida.

—Pues que bueno que no te pregunté.

Luke blanqueó los ojos, pero sólo reafirmó su punto: —Y ahora me llevas a mí, para ser tu compañero de crimen y ayudarte a espiarlo.

Lo ignoro, mientras saludo amigablemente a uno de los campistas que pasa a mi lado.

—No te llevo para que me ayudes a espiarlo, estúpido. —Detengo nuestro paso a la enfermería, mientras lo miro. Él hace lo mismo, alzando las cejas, sin entender—. Sólo... Annie cree que podría ser... tú sabes...

—El elegido. —Responde Luke, sin mirarme. El tono en su voz delata lo cansado que aquella idea lo tiene—. Sí, bueno; ella cree que cada nuevo campista lo es... ¿y desde cuando le dices 'Annie'?

—Desde hoy —Retomo el paso, enfurruñada—. ¿Pero... y si... —Lo miro fijamente sin ninguna señal de broma en mis ojos—... Luke, ¿qué pasa si ella tiene razón? Él podría ser la respuesta a todo.

Luke ya no se ve de tan buen humor.

—¿Qué más te da a ti si lo es o no? Cuando pase lo que tenga que pasar ni siquiera estarás con nosotros. Estarás bajo el manto de Artemisa, ¿lo olvidas?

Abro mis ojos con sorpresa, mirando a mi alrededor, esperando que nadie lo haya oído. Al parecer, todos están demasiado enfrascados en lo suyo para notarnos a ambos.

Lo empujo por el hombro: —¿Estás loco? —reclamo en un murmullo—. El punto de que sea secreto, es que nadie se entere, idiota —Camino más rápido y la enfermería yace a unos cuantos pasos más—. ¿Y qué más te da a ti? Fuiste el de la idea, ¿lo olvidas?

Luke suspira, frustrado. —¿Podemos dejar éste tema, por favor? No quiero pensar en eso todavía.

Suspiro, ablandando mi mirada.

—Sólo digo que si éste chico despierta, tengo que ser la primera con la que hable, Luke. Yo... necesito respuestas.

Y antes de que pueda reprocharme algo, entré a la enfermería, respirando el aire fresco que emanaba. Luke me siguió el paso, suspirando.

La enfermería era como una cabaña cualquiera, con la única diferencia de ser más grande que algunas otras, y que respectivamente, en sus paredes o piso, hubiese algo simbólico o representativo de todos los dioses. Algunos retoques o detalles pequeños. Otros más grandes y llamativos que otros (el piso dorado y el enorme arco que obviamente eran obra de Apolo).

Pero por sobre todas las cosas, tal y como las otras veces, lo vi sólo a él.

Estaba sentado en una tumbona en un espacioso porche. Tenía una manta encima de las piernas y una almohada detrás de la cabeza, por dónde un hilo de baba escurría desde sus labios. Formé una mueca. Sus rulos rubios desplegados en la almohada me hacían recordar a los de una princesa.

En la mesa a su lado había una bebida en un vaso alto, y un batido en un vaso pequeño, con una cuchara de metal.

Me acerqué a su lado, sintiéndome extraña. Verlo dormir era extrañamente pacífico. Me hacía sentir tranquila; relajada.

—Sí, definitivamente te ves como una acosadora.

Rodeé los ojos, pasando por su lado y empujándole. Luke se quejó. Tomé la cuchara y el vaso pequeño, sentándome en el lugar libre de la cama.

—Siento que estoy interrumpiendo algo. —Siguió murmurando Luke y lo miré divertida e irritada en partes iguales.

Pero deje de prestarle atención cuándo sentí al chico rubio removerse en su lugar. Casi dejo caer el pudín de la impresión. Le engullí la cuchara en su boca, con la esperanza de que despertara, pero sólo siguió removiéndose.

—Parece que quieres ahogarlo, estoy empezando a preocuparme.

—Luke, ¿quieres callart—

Pero el chico con cabello de princesa se despertó y lo primero que hice fue echarme para atrás, asustada. Él me miró, confuso. Seguramente sin entender quién demonios era y qué se supone estaba haciendo con él. Aclaré mi garganta, sonrojada, y sin prestarle atención a Luke.

—¿Qué va a pasar en el solsticio de verano? —le pregunté enseguida, sin darle tiempo ni de respirar.

Miré a mi alrededor, temiendo que alguien nos oyera. Le hice una seña a Luke para que me cubriera y él salió casi corriendo hacía la puerta.

—¿Qué está pasando? —Insistí. El chico no se movía, ni siquiera abría bien los ojos y la baba seguía trazándose por su barbilla—. ¿Qué es lo que han robado? ¡Sólo tenemos unas semanas!

—Lo siento —murmuró con voz congestionada—. No sé...

Alguien llamó a la puerta, y lo único que se me ocurrió fue llenarle la boca de pudín, antes de verlo caer cansado y somnoliento a la cama.

Oh Dioses, iba a tener problemas.




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BEFORE THE SUMMER! ━ PERCY JACKSON (series).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora