-BEN 10 = IT'S HAREM TIME!-

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~Un Héroe No Nace... ¡Se Hace!~

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Intentó de todo. 

Llamar a la lejanía a su abuelo, mas las respuestas nunca llegaron. Frotar el reloj contra los árboles, mas la corteza sólo lograba romperse bajo su presión. Tomar infinidad de ramas y escarbar por los bordes, pero sólo conseguía sentir su propia piel ser pinchada y las ramas se rompían al instante.

Cayó rendido de rodillas luego de innumerables intentos. Tuvo que aceptar a regañadientes que, al menos por su mano, no era capaz de retirárselo. Hasta que su abuelo viniese a buscarlo, sólo le quedaba... Experimentar.

Observó con detenimiento el diseño del reloj, y no pudo evitar suspirar con fastidio. El mismo pareciese estar hecho para una cadena de juguetes para niñas, un brazalete color violeta grisáceo con una placa más oscura por encima. Un dial central donde brillaba un símbolo rosado que pareciese asemejarse a dos corazones de pie y de cabeza unificados en la punta. Por sus lados se extendían cuatro tubos cilíndricos que se perdían hasta la zona inferior del reloj donde estos se unían, en su interior un extraño líquido burbujeante lo recorría y lo teñía de un color lavanda oscurecido. En un sólo lado, más específico aquel que chocaba contra su pecho, otro botón rosado sobresalía, notoriamente más grande que los otros cuatro que rodeaban el extraño símbolo, contaba con un dial en forma de corazón de color plateado.

Bueno, tal parece que ahora estaba atrapado en estas vacaciones, ya no sólo con su prima fastidiosa y la excéntrica comida de su abuelo, sino que ahora se le suma un juguete de niña del espacio que no se puede sacar ni aunque se arranque la piel.

Buscó a tientas cada centímetro del reloj en busca de algún botón que lo liberase. Creyendo que llamativo botón del costado sería la respuesta, presionó su dedo pulgar y, fuera de lo que hubiese querido, lo único que causó fue que el dial del símbolo central se levantase de repente, rebelando un contorno lleno de extrañas líneas rosadas bajo la superficie.

Ben miró a sus lados sin estar seguro de qué hacer a continuación. El símbolo central del reloj se contrajo en un sólo corazón luminoso para que en su centro digital aparezca la silueta humanoide de un ser desconocido.

-¡Qué cosa!-

El castaño hablaría maravillado. Sea a quien sea que le perteneciese este reloj, si bien tenía un gusto horrible en términos de diseño, en cuando a genialidad le debía regalar varios puntos.

Y una vez más, su curiosidad lo orilló a subir su otra mano hasta el dial alzado que tintinaba, pegando su dedo incide y hundiéndolo poco a poco hasta que...

Unidos una vez más, del dial se disparó una luz cegadora que hizo a Ben abrir los ojos como platos. El brillo lo bañó por completo y una extraña sensación recorrió desde su brazo hasta todo su sistema nervioso, sintió cómo la temperatura a su alrededor se elevaba y una vibración indescriptible azotaba su interior.