Capítulo 1

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Me gustaría pensar que algún día podría amarme. Pero no lo creo. Odio ilusionarme con algo imposible, pero me cuesta evitarlo, en especial si es el mejor amigo de mi hermano. Es decir, si fuera una random para él, ni siquiera me gastaría en frustrarme, pero como sé que él sabe de mi existencia, no puedo perder las esperanzas.

Enzo y Lau, se hicieron mejores amigos cuando apenas tenían seis años. Yo aún ni siquiera nacía. Mi familia aún vivía en Uruguay y éramos vecinos de los Vogrincic. Con el paso de los años empecé a notar mi enamoramiento con Enzo. Pero él era mucho más grande que yo y sabía, aunque doliera, que él jamás se fijaría en una niña.

Recuerdo que cuando yo tenía diez años decidí hacerle una carta y confesarle mi amor. En ese momento Enzo tenía diecisiete años y me había enterado que estaba saliendo con una chica de su colegio, lo cual me molesto muchísimo. Suena ridículo, ya sé. Pero en ese entonces, la noticia me destrozó. En especial, porque Lau me lo recordaba veinticuatro siete, luego de haber leído las cosas que escribía en mi diario personal, era una pesadilla.

Cuando le di la carta, recuerdo que le dije que la leyera cuando esté solo y que no se lo diga a nadie. No quería que la abriera con sus amigos para reírse de mi, pero, fui demasiado ilusa. Al día siguiente, mi hermano entró a mi cuarto a carcajadas, Enzo me traicionó. Desde ese día, decidí, no hablar más de él y olvidarlo.

A mis trece años, con mi familia, nos vinimos a vivir a Argentina, el país natal de mis papás, ya que decidieron que era mejor volver con mis abuelos y tíos. Ya extrañaban mucho sus raíces y al resto de la familia. Enzo venía a visitar a mi hermano cada tanto, pero yo solo me limitaba a saludarlo con mala gana, fingiendo que su presencia no importaba ni siquiera un poco.

Pero por más que hiciera todo lo posible para olvidarlo, él seguía teniendo mi corazón en la palma de su mano.

Luego yo también conocí a varios chicos y amé a otras personas. Comencé la universidad y empecé a perseguir mi sueño, ser escritora. Eso me mantuvo ocupada y lejos de mis pensamientos y recuerdos sobre él. De hecho, ya lo tenía superado, hasta que ví la película.

No voy a negarlo, se ve tan lindo, en especial, en las entrevistas. Sé que tengo veintitrés años, pero no puedo dejar de ver todos esos edits de tik tok. Estoy obsesionada.

Además, estoy tan orgullosa de él por haber logrado su sueño. Es un gran actor y sé que seguirá triunfando en muchos más proyectos, lo admiro. Ha pasado tanto desde que no lo veo en persona. Mi hermano en los últimos años ha viajado hasta Uruguay para visitarlo, por lo que no ha vuelto a pasar por mi casa.

–Anto, amor ponete la mesa por fa– mi mamá me devuelve a la realidad y lo agradezco. Sé que no tengo que pensar mucho en esto, es al pedo, no voy a cambiar nada solo reflexionando.

No tardo mucho en bajar las escaleras y comenzar a sacar los platos de la repisa para ́ponerlos en la mesa.

– Che que buena la peli de los uruguayos, ¿no?- Es como la tercera vez en la semana que lo decía. Toda mi familia está obsesionada con la peli, mas que nada, porque Enzo participa como protagonista en ella.

–Si ma, muy buena. Un poco fuerte la historia, pero muy bien hecha– Mi mamá me mira pícara.

–Sale re lindo Enzo, ¿viste?-- Yo pongo los ojos en blanco mientras sonrío y volteo para alejarme antes de ponerme roja, pero mi mamá hace que cambie de opinión.-- Mañana viene a visitarnos– La noticia me deja perpleja y no puedo evitar voltear nuevamente hacia ella con los ojos bien abiertos.

–Ah, ¿si?--.

–Si, tu hermano acaba de avisarme. Se va a quedar unos días acá en casa. Tratá de no decir mucho que viene porque no estaría bueno tener toda la casa rodeada de fans– Por alguna razón lo de las fans me molesta. ¿piensan que pueden andar acosándolo?. Es decir, no es que yo no lo haga, pero es destino, yo sí lo conozco. O sea, tengo derecho a informarme para saber si está bien y eso, él me importa de verdad.

No puedo creerlo, mañana estará aquí. Mi mamá me observa en silencio y yo no lo noto hasta que levanto mi mirada y entiendo lo que ella quiere decir con esos ojos curiosos. Obvio, mi hermano no es el único que sabía sobre mi obsesión con Enzo, también lo sabían mis padres, lo cual era muy incómodo.

–¿Estás bien?-- mi mamá pregunta ansiosa de una respuesta.

–¿Qué?, obvio, es que... si lo pensamos bien, un famoso dormirá en casa ¿no?-- Digo fingiendo toda la tranquilidad posible. Por supuesto, Ana es mucho más inteligente que eso y no tarda en hacérmelo notar.

–Bueno, si querés podemos decirle que rente una habitación. No quiero que te sintás incómoda–.

–Mamá, fue hace años. Superalo, él tiene su vida y yo la mía, no me importa–. Ambas nos quedamos en silencio.

–No bueno, yo solo quiero confirmar que te sientas cómoda con su visita– Yo sonrío amable y le doy un beso en la mejilla.

–Si ma, obvio, tranquila. Es como un hermano para mi– Uff, no estaba lista para decir eso, me dolió hasta el alma.

Ella me sonríe y sale del comedor. Ha pasado tanto desde que no nos vemos. No puedo evitar cambiar la cara y pensar en todo lo que esto significa. Creo que nunca estuve tan obsesionada con él como ahora, ni siquiera cuando era pequeña. Solo espero que no se note lo mucho que me importa que venga, no quiero verme ridícula.

Ahora solo queda esperar a mañana. 

Enzo y yo (Enzo Vogrincic)Where stories live. Discover now