Capítulo 10

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El camino hasta la librería se hace muy divertido. Los dos cantamos y bailamos a todo volumen. Tenemos gusto musicales muy parecidos, Fito, Soda Estéreo y Charly Garcia. La lluvia se ha aferrado a la ciudad y el cielo se torna de un gris oscuro. 
Enzo va de copiloto, mientras que yo le demuestro mis dotes de manejo.
–Che manejas muy bien boluda. Que talento.
–Jaja, naa es práctica.
“Giros” de Fito Paez empieza a sonar por los parlantes del auto y ambos comenzamos a cantar apasionados.
–Giiiiros, existe un cielo y un estado de coma–cantamos a la vez mientras sonreímos--cambia el entorno de persona en persona.
Enzo me mira divertido. 
–Cantas bonito.
–Aha. Soy un desastre mentiroso.
–Si…pero me encanta.
Le sonrío y niego poniendo los ojos en blanco.
Noto que estamos cerca de la librería y estaciono el auto en una vereda. Nos bajamos y corremos hacia la tienda antes de empaparnos por la lluvia.  
Entramos al lugar y nos reímos al vernos con el pelo un poco mojado. 
–Vení, te voy a mostrar buenos libros argentinos. 
Le doy todo un tour de escritura argentina y él me observa en silencio. Preguntamos precio y tratamos de seleccionar los que más le llamen la atención a Enzo. Al final optó por dos, uno de Grabriel Rolón y otro de Borges. Muy buena elección.
–¿Seguro que vas a llevar esos?
–Si si, segurísimo.
–Bueno, vamos a pagar.
Nos acercamos a la recepción y una señora mayor nos atiende. 
–Hola chicos, ¿Los llevan?-señala los libros que Enzo tiene en la mano.
–Sip--digo sonriendo.
Enzo le da los libros y ella los escanea para cobrarnos. 
–Serían cincuenta y tres mil. ¿Cómo van a abonar?
–Con tarjeta–dice Enzo mientras busca en su billetera. 
–Perfecto – Enzo le da la tarjeta y paga. –Bueno eso es todo. 
–Gracias.
–¿Che vos no sos el de la peli de los Andes?
–Si jaja.
–Ahh. Si mi nieta anda obsesionada con vos. Sos muy guapo nene.
Enzo le sonríe un poco tímido.
–Muchas gracias señora.
–¿Vos sos la novia?-Me mira curiosa.
–No no, somos amigos nada más.
–Ahh…hacen bonita pareja.
Miro a Enzo y él me observa un poco pícaro.
–Gracias señora. Que tenga un bonito día–agarro la bolsita con los libros y tomo a Enzo del brazo para salir de ahí. 
Apenas salimos de la tienda Enzo se detiene y me mira.
–¿Tenés hambre?
–Ehhh si.
–Vení, vayamos a tomar algo. Lau me dijo de un lugar que se llama una tacita de café.
Caminamos hasta una cafetería a unas cuadras de la librería.
Pedimos café con leche y medialunas. El lugar es muy bonito y confortable. 
Enzo parece estar muy contento con los libros. No deja de mirarlos y preguntarme cosas sobre ellos. Yo lo observo. Parece un niño chiquito ilusionado con su juguete. Es tan tierno y pacifico.
–Gracias boluda. Sos tan atenta conmigo…no sé.
–Naa tranqui. Me encargaron que sea amable con la visita–digo fingiendo fastidio.
Ambos reímos ante mi excusa.
–No pero posta. Cuando vayas a Uruguay te voy a mostrar unas librerías muy lindas y autores uruguayos.
–Me encantaría.
Le llega una llamada, parece ser de Lau, Enzo atiende.
–¿Hola? –Hace una pausa–bueno dale, me pinta. ¿Dónde y a qué hora? -yo lo miro curiosa. Seguro lo ha invitado a hacer algo–Bueno dale, te espero. –Hace otra pausa. Me mira y sonríe con algo que le dice mi hermano–Si si, estoy con ella–suelta una carcajada y pone los ojos en blanco–callate boludo–ay que le habrá dicho el tarado ese–Dale lindo, nos vemos más tarde. Cuídate.
–¿Qué dijo?
–Que tiene una noche planificada para que pasemos juntos.
–¿Ah si? Déjame adivinar…bar, alcohol, chicas…
Enzo suelta una risita.
–Seguramente. Ya lo conoces a Lau. No es muy rebuscado para divertirse–entonces me da curiosidad.
–¿Y vos?
–¿Yo qué? 
–¿Qué haces para divertirte?
–Naa, yo soy más de la familia y de la casa–yo lo miro desconfiando–no posta te digo, no soy muy de salir. Ahora porque estoy con Lau y él ama la joda. Pero si fuera por mi…me quedaría leyendo. Aparte ya soy un tipo de treinta años boluda, ya pasé mis años de joda.
–Dijo el viejo--digo divertida. Él suelta una risita 
–Te digo posta. Ya está, no tengo las mismas ganas de salir de antes.
–Claro. Si si, yo igual, no salgo mucho. Así que te entiendo.
–Bueno pero vos tenés veintitrés años nena, yo a esa edad salía.
–Veinticuatro chiquito, ubicate–digo entre risas.
–Si…–Le doy el último sorbo a mi café con leche y Enzo mira la hora– Bueno vamos porque sino no llego a arreglarme.
Pagamos y nos vamos rápidamente a casa.
Al llegar, Enzo sube a darse una ducha y yo me pongo con unos trabajos de la facu. Mañana toca el taller de escritura y tengo que terminar unos cuantos proyectos para presentar. Estoy muy ilusionada con terminar mi novela para publicarla, pero esa es otra historia. 
Luego de una rato, mi hermano llega a casa por Enzo. 
–Hola Anto ¿Sabés si a Enzo le falta mucho?
–No tengo ni idea. Se debe estar cambiando.
Lau corre por las escaleras hacia la habitación de Enzo.
–¡¡Enzitoooo!! Vamos amorrr.
Escucho unas cuantas carcajadas de arriba. lo cual me causa gracia.
Ambos bajan a los empujones mientras se ríen.
–Bueno, en un rato lo traigo de vuelta. Chau chau–dice Lau mientras ale de casa.
–Chau Anto–me dice Enzo.
–Vayan con cuidado.
Parecen dos niños inmaduros, pero juro que tienen treinta. 
Ambos salen de casa y me quedo en soledad junto a mis apuntes e historias.




Hola chiquisss,
Les dejo el capitulo 10!!!!!

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Enzo y yo (Enzo Vogrincic)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα