V - Interés por ella (Parte 3)

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La bruja que la suma sacerdotisa había tenido que desterrar. Qué tan poderosa podría ser como para desactivar un hechizo así, no, que tan tenebrosa tiene que ser como para que la maldigan con el destierro y aun así se atreva a volver ¿Acaso estaba para volver a intentar derrocarla?

No. Algo me decía que no era por eso.

Como las demás no querían acercársele, volvió la mirada hacia el suelo, se arrodillo y tendió las manos hacia adelante, como quien las ofrece para ser esposada. Estaban quedando todas en ridículo ante una rendición como esa. Aparentemente, no era lo que ellas pensaron, ya que algunas comenzaron a escupirle y a agredirla. Una Rubrum Witch se acercó furiosa, o frustrada ante la situación, con una lanza enorme. Tenía el brazo muy herido, pero aun así la sostenía tan fuerte que los nudillos se le pusieron blancos. Se paró frente a ella, mirándola con ira.

-¿Qué haces aquí? -le pregunto, pero no tuvo respuesta alguna- ¿Cuál es el propósito de tu venida, ecléctica asquerosa? -escupía cada palabra con rencor- ¿Qué es tan importante como para asesinar a tus hermanas brujas?

-¿asesinar? -la muchacha levanto la mirada sin perder la postura- ninguna murió por mi ataque.

Todas comenzaron a mirarse una a la otra. Observe el cadáver de la Rubrum Witch que cayó cerca de nosotras. Aún se encontraba tumbada, pero respiraba, solamente estaba inconsciente.

-mis guardianes tenían órdenes de dañar y noquear, pero no de matar. Aunque yo me ocuparía de sanar sus heridas pronto, no puedo asegurar de su bienestar si ustedes no colaboran con ello.

La bruja con la lanza miro a todas con la respiración agitada. Con un grito desgarrador, lleno de odio e impotencia, levanto su arma apuntando a la muchacha en frente. Pensaba matarla justamente en ese momento.

Algo hizo que me moviera, como si me hubieran empujado desde atrás. Sin que me dé cuenta estaba entre ellas dos. La Rubrum Witch me miro sorprendida, estaba protegiendo a la invasora. ¿Qué razón tenía para esto? ¿por qué la defendía?

Quedamos todas en silencio, solo podía escuchar el alterado latido de mi corazón en mis oídos.

-espera -dije, aunque no tenía nada que argumentar- solo, espera.

Comencé a escuchar abucheos y reproches hacia mí. El rostro de la bruja de la lanza se transformó. Esta vez me apunto a mi cuando levanto su arma, iba a matarme ahí mismo si no me corría. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, la bruja detrás de mí me jalo de la ropa y me tiro al suelo, al mismo tiempo tomaba la lanza de la otra, sacándosela de las manos con gran habilidad, arrojándola fuera de su alcance. Ahora era ella la que estaba protegiéndome a mí.

-cálmate, ella no tiene nada que ver en esto.

La Rubrum Witch retrocedió velozmente, y con un movimiento de manos invoco otra laza, igual que la anterior. La muchacha dio un giro mirándolas una por una, volviendo finalmente a la que seguía apuntándola con su arma.

-¿me dices tu nombre? -le preguntó.

En respuesta largo un gruñido.

-Lionne Rouge.

-bien, Lionne. Para ti y todas las demás, la que le ponga una mano encima se condenara sola a... pues, a mí, y a las atrocidades que mi mente pueda imaginar. De todas aquí, fue la única con los ovarios bien grandes para acercárseme, y a pesar de eso quieres asesinarla. Deberían avergonzarse, ¿y se dicen guerreras defensoras de Coven?

El silencio y los rostros avergonzados inundaron el lugar. Comenzaron a acercarse multitudes de brujas curiosas de saber lo que sucedía y por qué tanto escándalo a esa hora de la tarde. Los ojos de todas iban de un lado a otro, no queriendo perder de vista a la invasora.

-bien, es suficiente.

Una voz melodiosa se escuchó detrás del gentío. Las brujas abrieron paso para dejar ver una silueta vestida con un kimono blanco y la mitad de la cara tapada por un velo. Era una mujer entrada en años, pero que aún conservaba el resplandor juvenil, su cabello era larguísimo y renegrido, su piel como porcelana, y su figura era esbelta, sin embargo, tenía unos ojos cargados de experiencia y sabiduría.

-niña -dijo con desdén, mirando a la muchacha- que desagrado verte por aquí.

La tensión podía sentirse en el aire, densa y fría, como si algo muy malo estuviera por pasar. Ivette me ayudo a pararme rápidamente y a alejarme un poco, aun así, no emitió palabra alguna, ninguna se atrevía a respirar siquiera.

-querida -respondió la joven con el mismo tono de vos- comparto tu sentimiento, realmente es un desagrado que nos crucemos nuevamente.

Optó por una postura soberbia mientras miraba a la Alba Witch frente a mí.

-Selene -dijo la bruja blanca.

-Hestia -escupió la bruja ecléctica.

Se miraron fijamente, con odio y rencor.

-¿ella es la suma sacerdotisa? -le pregunte a Ivette, quien solo asintió con la cabeza sin dejar de observar lo que sucedía.

Sabía que Hestia era el nombre de la diosa griega que había hecho un juramento sobre la cabeza de su hermano Zeus de mantenerse virgen hasta la eternidad, encabezaba la lista de diosas puras que siguieron su ejemplo.

-solo iré al grano y ya, no quiero que me hagas perder el tiempo -apresuro Hestia.

-pero, si parece que tiempo es lo que te sobra, anciana, aquí en tu pequeño paraíso.

-¿Qué haces aquí?

-pues, visitar viejas amigas, ¿Qué, acaso fui la única que las extraño? -miro hacia su alrededor, pero no hubo respuesta alguna- que pena, me rompen el corazón.

Su sarcasmo era muy acentuado, lo que la volvía un poco molesta de escuchar, como si fuera una burla permanente.

-¿Cómo deshiciste el hechizo de destierro?

Esta vez Selene se rio, a fuertes carcajadas.

-no, no lo deshice, créeme, sigue aquí latente- palpo su pecho sonoramente- . Agradece que no puedo acabar lo que empecé aquella vez, ninguna de tus chicas podría detenerme, y te consta.

-entonces ¿Cómo?

-¿te tengo que explicar tu propio hechizo? ¿algo tan básico como el núcleo de un hechizo de destierro? -al ver que no tenía respuesta, Selene solo sonrió arrogante y continuo- un hechizo de destierro básico sirve para sacar seres de tu vida que solo buscan robar tu energía o hacerte daño, las echas de tu entorno. Tú me hechizaste pensando en tu propia seguridad, prohibiéndome la entrada si tenía pensado lastimarte. ¿me sigues hasta ahí o voy muy rápido?

-si no vienes a matarme ¿a qué vienes?

-oh, no tengo interés en matarte... aun. Solo tengo interés por ella.

Selene se dio vuelta en redondo y me miró, sus colgantes sonaron tintineantes mientras chocaban unos contra otros, llevaba dos piedras blancas, reconocí una Selenita y una Piedra de Luna, además de un dije de media luna, en tres cadenas diferentes. Nuevamente se le dibujo una sonrisa en el rostro que la embellecía. Aunque todas, inclusive Ivette, me observaban con asombro, y hasta con miedo. Le devolví la mirada a Selene, parecía que esperaba una respuesta de mi parte, pero solo pude hacer una pregunta, con voz titubeante:

-¿Por mí?

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Muchísimas gracias a todos los que llegaron hasta acá😍 súper agradezco que lean mi historia, los adoro 🫶🏻
No olviden votar y comentar que piensan sobre esta historia, toda crítica me sirve para seguir aprendiendo. Prometo seguir consejos jaja.

Los leo🫶🏻
-Vero.

Lágrima de Luna [Danza Bajo el Eclipse I] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora