Empire |KookV.

Capitulo 13.

El doncel abrió los ojos y luego volvió a cerrarlos por la luz intensa que lastimo sus ojos, parpadeo un par de veces hasta acostumbrarse a la luz. Estaba en un lugar que no conocía, había árboles por todas partes, un lago precioso y frutas, pero estaba sospechosamente tranquilo, no había ruido, solo el viento soplando y las hojas de los árboles cayendo al suelo. El rubio se levantó del sueño y sacudió su ropa, nada a su alrededor le parecía conocido, o por lo menos no que el recordara.

— Despertaste, ¿Como te sientes? — Murmuró una suave voz a sus espaldas. TaeHyung se dió la vuelta pero no vio a nadie, juraba haberlo escuchado. — Aquí arriba. — La voz volvió a hablar y fue ahí cuando el chico noto a la persona sobre una de las ramas del gran árbol. — Pensé que nunca ibas a abrir los ojos.

Un chico que le parecía conocido camino hasta el y lo abrazo con tanta calidez, podía sentir la piel contraria y eso quitaba la idea de su cabeza, no podría sentir calidez si estaba muerto. El muchacho se separó del abrazo y le sonrió, TaeHyung trataba con todas sus fuerzas de recordar donde había visto ese rostro, pero simplemente no lograba recordarlo.

— ¿Dónde estoy? ¿Quien eres tu? — Cuestionó. El pelinegro respiró hondo y luego tomo asiento sobre el pasto verde, lucía brillante y fresco, como si el verano nunca lo hubiera tocado. TaeHyung imitó la acción del chico y se sentó a su lado, después de todo no había nada más que hacer.

El chico miraba el cielo fijamente, tratando de descifrar algo, buscando explicación, su expresión era de confusión. El doncel desvío su vista a dónde miraba el chico, pero no vio más que nubes esponjosas siendo arrastradas por el viento. Era pacífico, relajante, los disfrutaba.

— ¿No me recuerdas? — Dijo en un susurró, TaeHyung no entendía a qué venía tal pregunta, no tenía idea de quién era, por más que intentará recordarlo, simplemente no podía, su mente estaba en blanco. — Pensé que lo harías, yo te reconocí apenas te vi llegar, puede que no me haya despedido, pero ahora tenemos tiempo para hablar de lo que no pudimos en ese momento, hasta siempre, TaeHyung.

ɛɱ℘ıཞɛ.

— ¿TaeHyung? ¿Tae? Mi amor, por favor despierta. — Los lamentos empezaron a hacerse más fuertes, por lo que el doncel abrió los ojos. El cielo azul, las nubes sumisas siendo guiadas por el viento. — Tae, por favor, quédate conmigo. — El doncel no entendía a qué se refería su esposo, pero sonaba desesperado.

El rubio estaba desorientado, no recordaba nada, no sabía dónde estaba, o por qué su esposo lloraba y lo tomaba en brazos. TaeHyung hizo el amago de abrazar el cuello de jeon y besarlo, pero sus músculos no respondían, no podía moverse o hablar, estaba paralizado.

— La flecha tiene veneno, no va a sobrevivir si no lo llevamos con el curandero de inmediato. — Una voz familiar hablo a sus espaldas, el rubio giro un poco su rostro para ver y era su madre, la mujer que lo dió a luz estaba ahí, pero no se veía feliz, ¿no estaba feliz de verlo?

JungKook no perdió el tiempo y subió a su caballo acomodando al doncel en su regazo, era arriesgado por el lugar en donde se encontraba la flecha, pero no correria el riesgo de perder a su esposo. TaeHyung trataba de armar lo sucedido en su cabeza.

— ¿Mamá? — Susurró apenas, ambas personas lo miraron, JungKook sintió una puñalada en su pecho, le dolía ver a su esposo de tal manera, siendo que el doncel siempre se mostró de forma validosa, fuerte y orgulloso. — Mi mamá... ¿Que haces aquí?...— La tos empezó, haciendo que el menor escupiera sangre sobre su pecho.

— No hables tae, tranquilo, vas a estar bien, te lo prometo, no dejaré que te vayas, no voy a permitirlo, amor, quédate un poco más. — JungKook tenía los ojos rojos, tal vez por el llanto o la ira, TaeHyung no podía distinguirlo en ese estado. Con la poca fuerza que le quedaba levantó su mano para acariciar la mejilla del pelinegro. — Te amo, quédate conmigo un poco más.