Una Apuesta Perdida

[Capitulo 8]

Paulette

Asomó la cabeza por el escenario y puedo ver a todas las personas sentadas esperando que empiece la obra. Me siento como una estúpida cuando mi mirada va hacia todos los asientos y no hay ningún rastro de mis padres. Ellos no están aquí, como era de esperarse.

El profesor John está desesperado gritándole a todos los estudiantes que parecen estar apunto de llorar.

- ¡¿Cómo se te ocurre aún no estar preparado!?

- P-pero profesor, entro a la obra dentro de un hora - tartamudea el chico.

- ¡¿Y crees que me importa?! ¡Vístete!

Veo por todos lados y no hay ningún rastro de Agus por ningún lado ¿En dónde carajos se metió? Faltan aproximadamente diez minutos para entrar al escenario.

- ¿Donde está Augusto? - pregunta el profesor John - ¡¿Quien ha visto a Augusto!?

- Hoy no lo hemos visto en todo el día profesor.

- Exacto, desde ayer en la tarde desapareció.

- Entonces alguien llámalo, es el personaje principal, lo necesitamos aquí inmediatamente.

Todos asienten y empezamos a llamar a Augusto. Debe tener más de cien llamadas en el celular y aún así seguimos sin saber nada de el.

- Debemos llamar a Héctor el es el suplente de Agus - hablo llamando la atención de todos - ¿Donde está?

- Héctor no pudo venir hoy - interviene uno de los amigos de el - Tiene diarrea...

El profesor John empieza a respirar demasiado extraño.

- ¡¿Donde está el suplente del suplente?!

- No hay un suplente del suplente señor.

- ¡TODO ES UN DESASTRE!

Justo en ese momento escuchando un fuerte estruendo y al voltear nos encontramos con Elián que está con la escoba y al lado de un florero que permanece roto en el suelo. Al profesor John parece iluminarse la cara.

- ¡Tú! - señala a Elián.

- ¿Yo?

- ¡Tú serás Romeo!

Abro la boca sin poder creer las palabras del profesor.

- Pero...

- Has estado en todos los ensayos se que sabes el papel ¡Vamos! ¡Que alguien lo vista de Romeo!

Agarraron al pobre de Elián y empezaron a quitarle la camisa de color negro que siempre llevaba puesta para ponerle una blanca y de manga larga que para mí sorpresa no le quedaba tan mal. Mis ojos se encontraron con los de Elián, le di una sonrisa burlona y empecé a hacerme mi maquillaje. En muy poco tiempo ya todos estábamos listos para dar inicio a la obra. No entendía como el profesor John le daba un papel tan importante a alguien tan irresponsable como lo era Elián, pero solo podía pensar en el beso que nos tendríamos que dar ¿Por qué me daba tantos nervios? Tendría que tener asco de besarme con ese orangután asqueroso.

- ¿Quien es esa bella dama que baila al lado de ese caballero? - Habla Elián recordando sus líneas y siendo demasiado exagerado, mirándome como si fuera la última coca del desierto.

- Hablas de Julieta - responde el chico.

- ¿Julieta? Sus ojos son hermosos, brillan más que la mismísima luna. Luce como una bella paloma.

Trato de aguantar mi risa al ver a Elián actuar durante lo que queda de la obra recuerdo cada uno de mis diálogos y sorprendente Elián también los recuerda.