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Lady Hecate/Syrax soltó un suspiro mientras miraba como todos estaban con los ojos cerrados, viendo en sus mentes los años de Hadriel, como vivió con sus supuestos tíos, la hermosa hermandad qué formó, la familia que lo acogió le dio su amor y más, de como Sirius llegando a la vida de Harry, la muerte de Cedric, aquel que fue como un hermano mayor.

La personas tratándolo como loco, los insultos, las lágrimas que el derramó, y deseaba tanto un abrazo de su madre, las risas que compartió con sus hermanos del alma, las bromas qué hacía con los gemelos, hasta que todo eso se fue a la borda tras la muerte de Sirius.

Todos abrieron los ojos, algunos lloraron, otros no sabían que hacer o que pensar, pero los más afectados eran las familias involucradas, Los Potter, Los Black, Los Weasley, los amigos de Lily y James.

James Flaemont Potter, primogénito y único hijo del matrimonio Potter, el no sabía que hacer, ver el daño que su hijo sufrió, ver su propia muerte, las de sus padres y la su futura esposa, ver como uno de sus mejores amigos fue torturado y manipulado para traicionarlos, sus ojos marrones brillaron con frialdad, miró al director que una vez tuvo estima.

— ¡Quemare a todos aquellos que dañaron a mi hijo!, ¡Y conocerán por que JAMÁS debes meterte con un Potter! — grito James, sus ojos se tornaron rojos, y su magia se transformó en un aura roja, qué dependía de él hasta formarse en un dragón.

Los Targaryen y Velaryon lo miraron sorprendidos y maravillados, pero algunos lo miraban con miedo, otros con fascinación ante la muestra de poder.

—Oh Albus vas a desear jamas haber existido — la voz de Lord Potter era tan fría que todos sintieron frío.

—Todo es por... —no termino de hablar cuando cayó gritando de dolor, muchos se taparon los oídos ante los gritos del viejo.

— ¡Metete tu maldito bien común, por el culo!— dijo Lily con su varita en mano, sus ojos brillando con intensidad — ¡Mi hijo no merecía ser tu maldito títere! — los gritos del viejo fueron más fuertes.

Hasta que Lady Magic puso orden, soltaba un suspiro mientras miraba a todos, esto solo era el comienzo de todo.

— Ahora podemos continuar — dijo Lady Magic, mientras colocaba a Albus en una gaula.

— Ahora podemos continuar — dijo Lady Magic, mientras colocaba a Albus en una gaula

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LA DECISIÓN PARA SER LIBRE AL FIN

LA DECISIÓN PARA SER LIBRE AL FIN

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𝐋𝐄𝐘𝐄𝐍𝐃𝐎: 𝑬𝒍 𝒅𝒐𝒍𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂 Where stories live. Discover now