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Sana nuevamente pidió una cita en el consultorio de la Doctora Cho. Entre más rápido mejor, se decía. Así que apenas salió del trabajo fue directo al consultorio. No era la primera vez que se aparecía por ahí. Pero la Doctora no imaginó que llegara a ir tres veces en una sola semana. Era demasiado.

Abrió la puerta, Miyeon alzó la mirada, y fue cautivada por el aura que tenía la castaña. Atrevidamente Sana se sentó en su escritorio. Con ella trajo un CD, y se lo entregó.

—Es un regalo— dijo ella.

Miyeon lo agarró y miro la portada, una chica baja y delgada posaba en ella, Park Jihyo decía en una esquina.

—Ah, gracias.

Sana bufó, no esperaba esa respuesta.

— ¿Solo un gracias? Primero fueron mis labios, luego mi interior... ahora, estás robando mis pensamientos.

La miró a los ojos.

—Cómprame un trago— propuso la chica.

Miyeon se recostó sobre su silla y río negando con la cabeza.

— ¿Un trago?— dijo sin creer que iba en serio.

—Sí, quiero conocerte mejor.

¿A dónde quería llegar Sana con aquello?

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Jeon Somi y su muchacha Park Jihyo se encontraban comiendo en un restaurante local, junto a su nueva ayudante Myoui Mina.

—No entiendo, ¿quién habría pensado que usaría mi oscuro pasado para ayudarte?— Somi hablaba por teléfono mientras Jihyo le daba de comer — no hay necesidad de preocuparse. Ahora sobre la japonesa.

Bajo su teléfono, suspirando.

— ¡Mujer, tengo que cambiar ese nombre! —le dijo eso a Jihyo.

—Es coreana, jefa— corrigió Mina.

— ¡Lo sé! ¡Lo tengo aquí— señalo su lengua —, pero no puedo decirlo bien! —la regaño.

—Llámame como quieras, cariño. ¿A quién le importa?— a Jihyo no le importaba, confiaba demasiado en Somi y sabía ella lo arreglaría.

—Esa es mi chica— Somi le pellizco una mejilla, y Jihyo le metió un trozo de carne a la boca—  mi dulce estrellita, cambiemos el nombre.

— ¿Ah, jefa?— interrumpió Mina de nuevo.

— ¡Lo dije, ya lo sé!— le interrumpió Somi.

—Eso no. El teléfono— señaló su mano y Jeon dio un pequeño salto, porque aún tenía la llamada abierta.

— ¡Lo siento, productora Chou! Lo comprobé y....— miró a las dos presentes— retírense un segundo, tengo que seguir está llamada, ¡vamos, fuchi, fuchi! es privado.

Renegando por no terminar su comida, ambas chicas se fueron a otra mesa.

—La familia de Cho Miyeon tiene mucho dinero. Ella incluso tiene una prometida. Lo tiene todo— informó Somi a Tzuyu.

𝐇𝐀𝐏𝐏𝐘 𝐄𝐍𝐃𝐈𝐍𝐆 ┇「 𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔 」Where stories live. Discover now