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Felix se encuentra en su cuarto, observando la luna a través de la ventana mientras el susurro del viento agita las ramas de los árboles que rodean la residencia Lee en Gyeongju

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Felix se encuentra en su cuarto, observando la luna a través de la ventana mientras el susurro del viento agita las ramas de los árboles que rodean la residencia Lee en Gyeongju. 

Aunque la belleza del paisaje era innegable, la monotonía de los días en la mansión y el alejamiento de la acción de la ciudad comenzaban a pesar sobre él.

El omega, acostumbrado a la adrenalina y a la emoción de la vida en Seúl, se sentía atrapado en la calma aparente del lugar, la inactividad le resultaba insoportable, y aunque Seungmin compartía su compañía, no era suficiente para aliviar la sensación de estar fuera de su elemento.

Queria volver a Seúl, donde si había acción. Allí se la pasaba haciéndole la vida imposible a sus enemigos, torturando o matando, haciendo negocios junto a sus hermanos, donde hacía valer su reputación como uno de los omegas más temidos de la mafia.

Extrañaba la adrenalina, la sensación de poder y la atención que recibía al desafiar todos los estereotipos para los de su casta.

Pero todo eso que era en Seúl parecía desaparecer por completo allí, donde era tratado como el hijo menor de los Lee, el pequeño y delicado omega Lixxie, que debía ser protegido por sus hermanos mayores y tratado como si con cualquier cosa pudiese hacerse pedazos.

Definitivamente prefería mil veces ser tratado como Lee Yongbok, el temido omega dominante de Saevus.

"Esto es un fastidio", murmuró para sí mismo mientras observaba la luna levantarse sobre el cielo estrellado.

Coo si no fuera suficiente, su celo aún no había llegado todavía, y sus últimas esperanzas de que no coincidiera con la luna roja ya se habían esfumado por completo, era como si una maldición se cerniera sobre él, un recordatorio constante de que no tenía control sobre su propia biología, cosa que lo molestaba montones.

Se dejó caer en la cama con un suspiro frustrado, sintiendo cómo la falta de acción y desafíos lo consumía. 

Revisó su teléfono en busca de algo de distracción, pero la señal era débil en medio del inmenso bosque, estaba a punto de soltar un comentario malhumorado cuando la puerta de su habitación se abrió sin previo aviso. 

Se tensó, listo para insultar a quien se había atrevido de entrar a su habitación sin siquiera tocar, pero se contuvo al reconocer a su tía asomarse por la puerta.

Jiyeon, con una sonrisa en el rostro, cerró la puerta tras de sí y se acercó a Felix, quien la miraba con ceño fruncido.

"Felix, cariño, disculpa la intrusión", dijo la omega con tono amigable. "Pero pensé que deberías saber que saldremos a dar un paseo por el bosque, no nos acompañas desde la noche que llegaron" apoyó sus manos en su cadera. "Además, es la última noche antes del plenilunio, y tu padre quería que todos estuviéramos juntos, como en los viejos tiempos".

Sombrαs Cruzαdαs | HчunlıxWhere stories live. Discover now