Cuatro.

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Otro lunes, otro maldito lunes.

¿Quien ama los lunes? Nadie.

Vienes de un maravilloso fin de semana donde descansas y duermes hasta tarde sin preocuparte por que mañana tendrás que despertar temprano.

Lo único bueno, lo realmente bueno, era volverlo a ver. Sentir de nuevo esa mirada y ese delicioso perfume masculino, sus brazos y sus besos.

Así que probablemente los lunes se habían convertido en más que solo el inicio de una aburrida semana, sino que también, se habían convertido en el inicio de una maravillosa aventura.

— ¿Mamá? - no había señales de que estuviera por ahí, siempre había desayuno y una sutil canción mañanera en la cocina.

Pero esa mañana no estaba nada de lo que solía verse cuando era la hora del desayuno.

Subiendo por las escaleras de nueva cuenta hasta la primera gran puerta y abriéndole, estaba ella.

— Mamá? Se hará tarde para el trabajo. — La adulta se encontraba recién despertando tallando sus ojos y quejándose hasta que se despertó por completo.

— Dios mio santo, lo olvide. Ayer dormí con un horrible dolor de cabeza y al parecer después de eso dormí como nunca. — Solto una risa parándose rápidamente. — Te haré el desayuno rápido hija, lo siento tanto.

Era raro que la señora Kim se despertara tarde, muy raro, pero se conformo con la historia de la adulta sobre su dolor de cabeza.

— No te preocupes por eso Mamá, comeré en el instituto. ¿Segura que te sientes bien ahora mismo?

— Eres un ángel cariño, te daré el dinero para que compres un poco de comida. No te preocupes solo fue un dolor de cabeza por la noche, ahora estoy totalmente bien. – Se levanto acercándose a su adolescente y dando un pequeño beso en su frente. — Ve con cuidado hija, te prometo que al llegar recompensare lo del desayuno.

— Mamá, no tienes que preocuparte por eso. Me iré ahora mismo o no llegare a tiempo, te amo. — Con un dulce beso en la mejilla bajo las escaleras para salir de casa.

Al llegar visualizo ese auto, el auto más llamativo de todos. Un AudiR8. Sonrio ante el pensamiento de que el ya estaba ahí a pesar de saber que era la persona más puntual que jamás había conocido.

Entro al aula de su primera clase, sin mucho ánimo pues solo le interesaba ESA clase donde estaba aquel hombre.

Para su maravillosa suerte esta clase era impartida por un profesor bastante...descuidado si podemos llamarlo así. Todos hacían ruido, hablaban y jugueteaban.

Aveces mientras solo escribía cosas de algunas otras clases escuchando música llegaba ese pensamiento. ¿Por qué ella no? Es decir, no era la persona más extrovertida pero tampoco era aburrida, ¿No? Sabía apreciar las cosas que quería y amaba escuchar a otros hablar sobre lo que les entusiasmaba y le gustaba creer que era buena persona.

¿Entonces por que nadie se acercaba?

Veía a otras chicas salir con sus amigas, fotos y videos sobre grandiosas fiestas a las cuales todas las personas de su edad asistían, todo sobre buenos grupos de amigos y le gustaría formar parte.

Ese pensamiento estuvo en su cabeza lo que resto del día hasta que llegó esa clase, ese profesor y esa aura.

Con verlo su corazón se llegaba de alegría, sus mejillas hormigueaban y no dejaba de sonreír, se sentía nerviosa pero tan extremadamente feliz.

La clase fue como de costumbre hasta que se mencionó algo que no le agrado demasiado.

— Tendrán un trabajo en parejas. Necesito un buen reporte sobre los últimos dos libros que hemos estado estudiando en clase. Deberá ser extremadamente detallado y organizado ya que contará como el 60% de su calificación. Las parejas están a su elección, asegúrense de poner su calificacion antes de la diversión. – Con eso cerró clase.

Teachers PetWhere stories live. Discover now