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Año 1992

Narra Ran Haitani

5 años de edad

Eran las diez de la mañana Rindo y yo estábamos esperando a mamá y papá, al parecer nuestra nueva hermana ya iba a nacer, Rindo se había dormido en mi hombro y yo simplemente me había quedado pensando

— Papá siempre está trabajando y mamá volverá al trabajo cuando nazca la nueva bebé ...si mal no recuerdo su nombre será Reiko, creo qué es un lindo nombre, supongo qué tendré que cuidarla a ella y a Rindo...no ah de ser tan difícil, aún qué creo qué ya no podré salir a jugar con los niños en el parque, al menos no por un buen tiempo...pero no importa, ¡yo tengo qué cuidar de Rindo y ahora también de Reiko!

Escuché unos pasos y vi a mi papá, el se hacerco a Rindo y a mí, lo miré vi cómo vi cómo movió a Rindo para qué despertarás, Rindo abrió los ojos y nos le quedamos viendo sin decir palabra, normalmente no convivíamos mucho con papá, el siempre estaba ocupado en el trabajo, éramos más cercanos a mamá pero ella casi siempre estaba ocupada también

— Ran, Rindo, ya pueden pasar a ver a mamá, yo me tengo qué ir al trabajo —

— ¡Pero papá!, ¡prometiste quedarte con nosotros y mamá por hoy! —

Exclamó Rindo molesto, yo simplemente tome su mano y miré a papá con tranquilidad y a la vez seriedad

— Está bien papá, Rindo, papá tiene cosas importantes qué hacer, mejor vamos con mamá para ver a nuestra hermana... —

— ¡Pero Ran! —

— Ya no discutas más, ay qué ir —

— Rindo, has caso a lo qué dice tu hermano —

Papá se hacerco a mi, me tocó el hombro y se inclino para susurrarme al oído

— Cuida de tus hermanos, es tu única responsabilidad y tarea, cuidar de ellos y protejerlos, ¿Lo entiendes? —

No dije nada al respecto sólo asentí con la cabeza y camine a la habitación donde estaba mamá, aún tomando a la mano de Rinduo

— ¡Mamá! —

Gritó Rindo llendo corriendo a dónde estaba mamá la cuál se veia cansada mientras cargaba a lo qué parecía ser el nuevo bebé, me hacerque a ellos con una sonrisa

— Niños, ella es Reiko Haitani, su hermana —

Dijo mamá con su voz tan dulce, suave y relajada, mientras nos dejaba ver a la bebé, estaba despierta y tenía unos enormes ojos en un tono morado cómo los míos y los de papá, también tenía el cabello rubio cómo yo, miré a mamá y ella me sonrió

— Se parece mucho a ti Ran —

— ¿Eso crees mamá? —

— Si, son idénticos —

Sonreí al oír sus palabras, Rindo se quedó mirando a la bebé por un buen rato y yo me mantuve junto a el...

- Aré todo para proteger a Rindo y Reiko, yo aré todo para qué ellos estén bien

Pensé para mí mismo mientras miraba a Reiko para después posar mi mirada en Rindo y sonreír contentó

Año 2005

Estaba durmiendo plácidamente cuando escuché mi alarma, tomé la larma y la aventé contra la pared muy molestó, si algo amo es el dormir sin que me molesten, miré la hora y eran alrededor de las doce del medio día, me levanté de mala gana, me vestí y comencé a cepillar mi largo cabello rubio con las raíces y puntas teñidas de negro, baje a la cocina y vi a Rinduo recién llegado del gimnasio y a Reiko todavía somnolienta tratando de tomar su basó de leche, me hacerque a ella y deje un beso sobre su frente y después me hacerque a Rindo para despeinarlo

— ¡Ran no me despeines! —

— Ya Rin, no te enojes —

Me senté aún lado de Reiko y recosté mi cabeza sobre su hombro, ella me miró con una sonrisa y cerré mis ojos poco después de eso

— Ran, ¿Quieres panqueques? —

Cuando oí su voz comencé a abrir los ojos al ver su largo cabello rubio y oír su voz tan suave y dulce por un momento pensé qué estaba viendo a mamá, pero cuando note el color de sus ojos me di cuenta de qué si era Reiko

— Ehhh, si, si quiero panqueques...—

— Bueno, yo los aré, ¿Por qué no vas por unas fresas a la tienda?, es qué se acabaron y tengo ganas de unas y no puedo mandar a Rin por qué se metió a bañar y yo aré los panqueques de los tres —

— Si, está bien, yo voy —

Tomé mi cartera y salí de la casa, últimamente eh pensado mucho en mamá, cada vez qué veo a Reiko me acuerdo de ella, si Reiko hubiera sacado los ojos cafés de ella y Rindo sin duda alguna la confundiría a casa rato, llegué a la tienda, pedí las fresas y volví rápido a casa, el aroma a panqueques era delicioso, sin duda alguna Reiko tenía un don para la cocina, todo lo qué preparan sus manos sabe increíble, al llegar deje las fresas sobre la mesa y me hacerque a Reiko para abrazarla por la espalda y ocultar mi rostro en su cuello, ella se rió y con su voz tan dulce me dijo

— Ya están tus panqueques, ve a sentarte, en un momento te los llevó —

— Esta bien —

Me fui a sentar en la mesa y ella llegó con los panqueques, decorados con azúcar glas y fruta, de verdad se veían deliciosos, pronto llegó Rindo y Reiko también le sirvió sus panqueques para poco después sentarse ella con los suyos, comimos mientras platicábamos sobre todo lo qué a estado pasando en nuestras vidas

— Y dime Reiko, ¿Cómo vas con ese niño Manjiro? —

— Uh, todo está bien con el, de echo tenemos planes de salir a comer más tarde con nuestros amigos y volver en la noche cómo a las diez —

— Uh, qué interesante —

— Reiko, Rindo y yo no estaremos está noche, iremos a una fiesta con los de Tenjiku, te íbamos a decir qué por qué no para qué no estuvieras sola te quedarás en casa de tu amiga la guapa, esa tal Emma —

— Aver cuando nos la presentas, esta muy bonita —

— No se hagan ideas tontas, nunca se las voy a presentar —

— Qué cruel eres Reiko —

Narrador no presente

Dadas las cuatro de la tarde todos los Haitani abandonaron la casa, dos de ellos llendo a su pandilla y la otra con sus amigos y la persona a la qué amaba con locura

Pero, todos pensando en la misma persona, aquella mujer qué les brindaba calor y paz cada que la veían pero que ya no estaba presente en sus vidas asé muchos años...

Su madre....



Muchas gracias por leer esté capítulo, disculpen la demora de actualización, es qué eh estado ocupada, pero trataré de subir más capítulos más seguido ❤️<3

𝐻𝒶𝒾𝓉𝒶𝓃𝒾 𝓡𝓮𝓲𝓴𝓸Where stories live. Discover now