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Capítulo 32: ¿Otro obstáculo?

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° Cellbit °

Me encontraba en mi oficina en un momento realmente candente, había convencido a mi esposo para hacerlo aquí otra vez y ahora lo tenía sentado sobre mí mientras nos besamos de manera apasionada, sin corbatas ni sacos, ya le había desabrochado el pantalón y mis manos estaban dentro de su ropa interior amasando su increíble y perfecto trasero, no hacía falta decir que yo estaba más que entusiasmado y muy erecto.

- ¿Vas a montarme guapito? – jadeo contra sus labios.

- ¿Eso quieres gatinho? – comienza a crear fricción entre nosotros sacándome un ronco gemido.

- Porra Ro, tócame – le pido realmente excitado.

- No puedo creer que me hayas convencido de esto – me toma por las mejillas besándome de nueva cuenta.

Comienza a desabotonar mi camisa de forma hábil para empezar a jugar con mi cuerpo continuando con la fricción entre ambos, cuando estoy por arrancarle la camisa se separa un poco desabrocha mi cinturón para después bajar mi bragueta.

- Esta me la deberás amor – jadea contra mis labios.

- Te dejare muy satisfecho y en casa te lo volveré a hacer – aseguro palmeando su trasero mientras lo animo a continuar.

- Ay gatinho, pero si soy yo quien te dejara satisfecho – alza un poco la cadera dejándola caer directamente en mi erección, solo puedo estremecerme y suspirar de placer.

- Me volverás loco meu amor, te... - me veo interrumpido con el sonido de que tocan la puerta.

Mi esposo se pone de pie tan rápido haciendo que sus pantalones se bajen al tenerlos desabrochados por lo tanto tambalearse y caer al suelo, me las arreglo para abrochar mi pantalón rápidamente y ayudar a mi esposo a ponerse de pie se queja de dolor en la cadera, la puerta vuelve a sonar con más insistencia.

- Un momento – digo fuerte para que alcancen a escucharme.

- Te dije que esto era mala idea pinche pendejo – se acomoda los pantalones y la camisa molesto – órale culero, arréglate o se darán cuenta de lo que hacíamos.

Le hago caso ahora divertido con la situación, abrocho mi camisa y la acomodo de forma correcta lo más rápido que puedo, dejo la corbata sobre el sofá, solo me pongo el saco, acomodo mi cabello rápidamente y al voltear veo a mi esposo poniéndose su corbata con el ceño fruncido, me acerco a la puerta abriéndola solo un poco era mi asistente personal Magda.

- Lamento interrumpir la reunión con su esposo, pero habrá una junta de improvisto, llegaron unos socios de los De Luque a charlar sobre negocios y deben estar presentes ahí en diez minutos – me informa avergonzada.

- Está bien, muchas gracias en un momento vamos – ella se da la vuelta y vuelve a su escritorio que está en la entrada de este piso.

- Meu amor... - me interrumpe mi esposo.

- Si escuche – dice de malas queriendo salir de mi oficina, pero cierro la puerta antes de que salga.

- No te enojes cariño, lo estábamos disfrutando y ambos queríamos te lo compensare en casa – lo abrazo por la cadera con fuerza.