Aprendiendo a amar [NaruHina]

26

—Entonces... de no ser por Sasuke...

Hinata asiente, guardando en el fondo de su ser la queja que quiere salir de su boca cuando Naruto presiona ligeramente la gasa sobre su herida.

—Bueno, se ve un poco mejor que ayer —murmura, tomando delicadamente entre sus dedos el mentón de Hinata. Ella sonríe suavemente hacia él, y esa le causa una fuerte sensación de culpa.

—¿Qué pasa? —pregunta con preocupación, notando el cambio en la expresión de Naruto.

—Nada, es sólo que... —Naruto muerde el interior de su mejilla, apartando la vista hacia un lado. Suspira pesadamente, en el fondo le dolía admitir que Hinata estaba así porque él no estuvo para ella, no pudo cumplir la promesa que le hizo desde el primer momento. — No dejo de sentirme culpable por lo que te ha hecho tu... Hiashi.

—Oh... —Hinata baja levemente la mirada, jugueteando con sus dedos sobre su ropa. Enseguida, posa sus ojos sobre el rostro de Naruto, su expresión tenía diferentes emociones a la vista. Podía ver entre ellas la tristeza, la preocupación y también el enojo. Lo entendía, pero nada podían hacer. — Escucha... —Hinata se arrastra hacia él un poco más, posando ambas manos sobre sus hombros.

—¿Qué?

—No fue tu culpa. ¿Sí? —Hinata posa una de sus manos sobre la mejilla de Naruto, él se inclina hacia ese tacto. — No tienes absolutamente la culpa de nada... Lo que mi padre hizo, entiendo que te moleste.

—No solo me molesta, me enfurece —responde con total honestidad.

—Pero no debes sentirte culpable por sus acciones.

—Aún si no me sintiera culpable, eso no quita que quiera romperle la cara.

—No puedo permitir que hagas algo así.

—Ya sé —espeta. — ¿Pero por qué lo defiendes tanto? No es primera vez que te maltrata. Y estoy seguro que no soy el único que lo sabe.

Hinata suspira, recargando una vez más sus manos contra él, Naruto la rodea con sus brazos, pegándola a su pecho.

—Es mi padre —murmura.

—Esa no es razón suficiente —Naruto bufa. — Es mi suegro, y quiero ahorcarlo con mis propias manos.

—Vamos, no digas eso.

—¿Por qué no? Te lastimó. Eso es algo que no puedo perdonar. Y es mucho peor, no es primera vez que lo hace. No debiste detenerme, Hinata —Naruto chasquea la lengua. — De tan solo imaginarlo poniendo sus manos sobre ti, siento que pierdo el control.

«Vamoe, bruto. No querrás dejar a tu esposa sin padre»

«Ganas de acabar con él me sobran» piensa Naruto, en respuesta a la voz de Kurama.

—Papá es... un hombre difícil de tratar.

—Dímelo a mí —rueda los ojos.

—Pero es mi padre.

—Te golpeó, Hinata.

—Lo sé...

—Y no es la primera vez.

—Lo sé...

—Y Dios, no entiendo cómo alguien puede hacerle eso a su propia hija. ¿Es que acaso no sabe lo maravillosa que eres? No, él en realidad no tiene la menor idea —Naruto se corrige de inmediato, tomando el rostro de Hinata entre sus manos. Ella siente sus mejillas arder de inmediato, pero no sabe si aquello se debe a sus palabras, al tacto suave de sus manos o al tenerle así, tan cerca y viendola directamente a los ojos. — Hiashi Hyuga, irónicamente, es el hombre más ciego que he conocido al no ser capaz de ver a la maravillosa mujer que tiene por hija. Es un idiota. Y yo con gusto se lo haría saber.