Largo sueño.

29 8 3
                                    

Al abrir los ojos lo primero que veo es un techo blanco.

Los rayos del sol golpean mi rostro a través de la ventana a mi lado derecho.

Observo a mi rededor, veo un sillón a mi izquierda, una puerta frente mío, una tele, flores marchitadas y algunos peluches en una mesilla a mi lado derecho.

Volteo hacia mi izquierda y veo muchas cartas. Más de 50 cálculo.

Después de 10 minutos asimilando todo y confundido reconozco que estoy en una camilla de un hospital.

No me altero, no me muevo, solo sigo pensando.

Tengo tantas preguntas en mi cabeza.
¿Qué hago aquí?
Es la pregunta que más pasa por mi cabeza.
Me siento perdido.
No entiendo absolutamente nada.

Estoy hambriento, muero de hambre.

— Elisa — Sale de mi boca antes de poder pensar, Elisa, mi esposa, ¿dónde está? Me empiezo a desesperar y solo decido levantarme de la camilla.

Mierda que pasa.

Decidido levantarme de la camilla, me siento al borde de la cama y me impulsó para poder levantarme, al levantarme siento como me tiemblan las piernas y no puedo sostenerme y caigo de rodillas.

Noto unos tubos conectados a mi cuerpo, me los arranco de golpe por toda la desesperación y frustración que siento en este momento.

Siento muy débiles las piernas.

Me arrastro hasta el sillón e intento levantarme nuevamente y con calma, una vez que estoy a penas de pie intento caminar, Camino como un niño que está aprendiendo a caminar, pero puedo hacerlo, creo.

Me dirijo hacia la puerta caminando lento y contando los pasos para no caer al suelo, al llegar a la puerta tomo la manija con mi mano izquierda y la giro, abro la puerta y salgo de la habitación.

Volteo hacia la derecha y luego hacia la izquierda, veo gente, pero no me interesa.

Camino para encontrar a alguien que me pueda decir qué pasa, estoy caminando cuando llego a una habitación llena Enfermeras y doctores, todos me ven con asombro y no entiendo qué pasa.

Un doctor Alto, moreno de pelo corto y negro, se acerca hacia mí, veo que cuelga su nombre en su bata color blanca, Doctor William.

— Despertó — Dice El doctor William con asombro y sin poder creerlo, yo no entiendo a qué se refiere, pero me deja con más dudas y me altero más.

— Que está pasando, dígame por favor, no entiendo una mierda— Digo desesperado por respuestas.

— Necesito que venga conmigo, Señor Hugo. — Dice el doctor aún sorprendido.

A su lado se acerca otro Doctor, alcanzo a ver que su nombre es Cristian, un tipo alto blanco, ojos cafés y pelo marrón.

— Trae una silla de ruedas, por favor. — Le dice el doctor William a Cristian.

De un momento a otro estoy sentado en la silla de ruedas, con una enfermera empujando de ella, noto que vamos de regreso a la habitación en la que estaba.

Cuando entramos en la habitación me vuelven a acostar y revisar cómo está mi cuerpo.

— Es impresionante que haya podido levantarse y caminar. — Dice William.

¿Por qué no podría caminar? Me pregunto u eso me hace preguntar.

— ¿Puede decirme que pasa? — Digo con temor.

El gran misterio de Hugo. Where stories live. Discover now