El Heraldo.

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Después de una semana y media de investigar a Christian, seguimos sin encontrar nada, ni una sola pista. Tiene la misma rutina siempre: va al trabajo, luego a casa con Elisa y no sale a menos que sea para ir por comida o a la tienda.

Me tiene frustrado no saber qué pasa, estoy en medio de todo, sospecho de hasta mí mismo, no sé qué pensar, solo quiero que todo vuelva a ser como antes.

El Doctor William murió, no, lo mataron.

¿Quién lo pudo haber matado, ¿por qué lo hicieron?

Tengo tantas preguntas y no hay nadie o nada que pueda contestar mis preguntas.

Me encuentro en mi departamento sentado en el comedor esperando a que mi comida se caliente en el microondas.

Sigo pensado las cosas intentando ver algo que encaje o alguna pista en todo esto.

Christian, sospecho tanto de él. Todos los días a las siete en punto de la mañana sale de casa para ir a trabajar, llega al Heraldo en promedio a las siete y veinte, no sale del trabajo hasta que dan las tres de la tarde, vuelve a casa y pasa todo el día en casa con mi Elisa y mis hijas.

Mis hijas, necesito verlas, necesito retomar todo de nuevo. No he ido ni siquiera a convivir con ellas después del hospital, solo les he llamado para preguntarles cómo están. Resulta ser muy incómodo hablar con mis propias hijas ahora.

He tenido la cabeza llena de tanto que me he alejado de mis propias hijas, lo único que me queda ahora.

Sin pensarlo más, me apresuro a ir al teléfono fijo del departamento, marco el número de la casa de Elisa.

Después de una no muy larga charla, accedió a preguntarle a Chloe y Ellie si querían pasar una tarde con su padre.

Al colgar escucho un pitido en la cocina, Mi comida está lista.

Me dirijo hacia casa de Elisa a por mis hijas, mis dos hijas aceptaron dar un paseo con su padre, me dirijo hacia allá en un auto viejo que compré hace unos cuantos días, Paty me acompaño a escogerlo, hace casi un mes no podía ni caminar bien y ahora ya puedo andar en coche, estoy sorprendido de lo rápido que mis piernas han mejorado.

Elisa no quería que saliera con Chloe y Ellie en mi auto, no cree que mis piernas sean lo suficientemente fuertes aún para poder manejar.

Al llegar a recoger a mis hijas, me estaciono frente a la casa. Después de unos cinco minutos veo salir a Chloe y Ellie por la puerta principal, mis dos hijas.

Estoy algo nervioso, quiero que este día pueda encajar de nuevo con ellas, quiero retomar todo como antes y que vuelvan a tener el padre atento y amable que siempre fui.

Chloe, al llegar al auto, sube en la parte de frente al lado mío en el asiento del copiloto. Ellie decide subirse atrás.

— Hola a ambas. — Digo con una sonrisa en mi rostro.

— Hola. — Dicen ambas al mismo tiempo algo incómodas.

— Les preparé una sorpresa, las voy a llevar a un lugar hermoso. — Digo intentando formar una conversación al menos, pero no consigo hacer nada.

Asienten sin emoción alguna, prendo el auto y lo doy en marcha.

Durante todo el camino no hubo ni una sola palabra de su parte, era yo el único que hablaba y preguntaba cosas, me contestaba y volvían a guardar silencio.

Con el auto empiezo a subir una montaña por un camino de tierra, el auto se empieza a mover por las rocas en los neumáticos, al llegar arriba de la montaña hay un árbol y pasto.

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⏰ Última actualización: Feb 29 ⏰

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