4 •Advertencias•

311 35 5
                                    


Nathaniel


Toda la semana se la dediqué a la señora Cowan. No cogí el celular ni para actualizar las redes. Todos los días tenía una llamada perdida de Roger y pensé que me estaba presionando para que publicara algo y no insistió demasiado para darme el espacio que pedí. El sábado la situación se salió de control. En unas ocasiones hemos tenido problemas con algunos fans, pero siento que esta vez es diferente.

El móvil vibra por las notificaciones que no paran de llegar. Dejo perder dos llamadas de Roger. No sé qué hace jodiendo si sabe que voy a pasar más tarde. Estaba apunto de dejar el celular en la mesita, pero la llamada entrante de Wylan llama mi atención; él odia las llamadas así que algo ha pasado

Me quedo mirando fijamente la pantalla al ver la llamada entrante de Wylan y la acepto al segundo todo. Tiene que ser algo urgente para que alguien que odie hablar por teléfono, tome la iniciativa.

—Cowan.

—Ven a la compañía de una vez, es urgente... Y deja de ignorar a Roger —. Cuelga.

Me despido de mi abuela y salgo disparado a la salida. En el camino me choco con una chica que tiene la cabeza metida en el teléfono. Espero que no sea la doctora de turno; tiene suerte que tenga prisa para comprobarlo porque aquí se les paga demasiado como para que estén llegando tarde.

Llego veinte minutos después y voy directo al despacho de Roger. Él ya está sentado en la cabecera; Arlo y Damon a mano izquierda; Wylan a la derecha. Me siento en el puesto vacío.

—¿Cuál es el problema?

—¿Qué te he dicho sobre la seguridad?

—Ya dije que no quiero sombras.

—Te ha ido muy bien sin ellos —ironiza Damon.

Roger suspira.

—Hemos tratado de darle solución mientras no estabas —señala uno de los papeles que están en la mesa—. Si hicieras las cosas como te digo nada de esto estuviera pasando.

Lo agarro. Dentro de una bolsa transparente hay una fotografía del día que tuve el accidente con la demente. Capturaron el momento en el que la cubría con el paraguas, por ende, su rostro no se ve. Volteo la imagen y me quedo atónito, dejaron un mensaje escrito con pintura o...sangre.

—Eres mio, Cowan. No te quiero ver con ninguna perra. No me obligues a actuar —leo en voz alta.

Silba Arlo.

—Intenso —lo secunda Damon.

Regreso la foto a su lugar y observo el resto de papeles... Soy el protagonista en el mar de fotos regadas sobre la mesa. Me centro en varias y siento los latidos de mi corazón en los oídos. En unas estamos mi abuela y yo y en otra está ella sola. Cojo la última y la arrugo en mi puño.

—Me han estado siguiendo —pienso en voz alta.

—Inteligente observación —comenta Arlo.

—La primera llegó al día siguiente del accidente —Roger chasquea los dientes— por cierto, ¿qué tan mal terminó el carro de la chica? Ese arreglo salió por más de lo que debería. Mejor le hubieras regalado uno nuevo.

—Déjalo estar —le hago un gesto con la mano para que continúe —dinero es lo que me sobra.

Le das la mano y se apodera de todo el cuerpo.

—Las otras fueron llegando de dos en dos en los días siguientes, y a primera hora llegó un pack junto al de la nota.

—¿Y solo me están acosando a mí? —pregunto mirando a cada uno. Wylan desvía la mirada cuando asiente.

Cayendo en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora