Cayendo en el amor

6 •Rechazados...¡¿otra vez?!•

Nathaniel

El miércoles nos recibe con un clima nublado. Así me siento al no visitar seguido a Rose. En estos cuatro días que han pasado, la he visto durante dos horas. Mencionó hasta el cansancio que me tiene una sorpresa. Sigue manteniendo en secreto a la chica aunque cada vez que la nombra, se le escapa una sonrisa.

¿Qué se trae entre manos?

Sea lo que sea, sin duda, la está haciendo muy feliz. Se ve radiante y el doctor está contento con su evolución, está presentando una mejoría notable. Las emociones juegan un papel importante en los enfermos, dado que si no sienten apoyo, se guardan todo para no preocupar a otros, pueden terminar en depresión y empeorar su estado. La idea es que quieran seguir viviendo...que estén en la lucha y no se derrumben.

Que siga haciéndolo.

La apoyo.

Su felicidad es la mía.

Nos gusta la perfección así que siempre ensayamos hasta no poder más. Somos los primeros en llegar y los últimos en irnos. Por mucho que no quiera pasar más tiempo de lo debido, cuando me comprometo lo doy todo.

Los bailarines y el resto del personal se fueron hace una hora. Los chicos y yo seguimos puliendo nuestro número. Practicamos el baile durante media hora, la canción durante otro tiempo, descansamos y luego lo combinamos; repetimos todo junto un par de veces hasta que quedamos satisfechos. De esa forma, no presionamos las cuerdas vocales ni nos agotamos tan rápido.

Nos dieron espacio para tres canciones y, por mucho que las hayamos repetido mil veces en otros conciertos, nunca está demás limar todas las partes posibles para que no haya ningún error.

Lo ideal sería practicar en el mismo escenario para poder dominar el entorno. Si no tienes experiencia o te despistas por un segundo, corres el riesgo de chocar contra otra persona. El espacio puede variar, pero la cantidad de personas será la misma así el lugar sea pequeño, por ende, debes conocer la posición de los demás, adaptándose o improvisar como hacen Arlo y Damon.

El veinte por ciento del éxito en un concierto depende de la organización; el treinta de relajarse y disfrutar; y el restante de lo que hagamos. A medida que fuimos creciendo, cambiamos un poco nuestro estilo. Fue una transformación salvaje y sensual. Nos gusta.

Y a ellas también.

Fue un éxito total. Triplicamos nuestros seguidores. ¿Lo esperábamos? Un poco, pero lo hicimos más por nosotros. Haz lo que te haga sentir cómodo y no escuches a los demás.

¡Que se jodan!

Los cambios son buenos y necesarios.

Por eso, el próximo álbum tiene que ser explosivo y sexy. Luna es la indicada para lograrlo. No quiero a nadie más. Ella es perfecta. Y no, no es porque todas sus composiciones tengan éxito; ella es más, es arte. Sus canciones mandan corrientazos a mi alma, ilumina el camino de regreso a la superficie.

Me inspira. Y casi, casi puedo ver la letra de una canción aproximándose. Los dedos me hormiguean por las ansias de sacarlo y luego nada, se evapora.

Creo que ella es lo que necesito para volver a componer.

Haré lo que sea para que trabaje con nosotros.

Al día siguiente, Roger nos cita a primera hora. Su rostro y postura no revelan la gravedad del asunto. Sin embargo, evita especialmente mi mirada.

—Luna se negó a trabajar con ustedes —suelta sin rodeos.

Golpeo el brazo del sofá.

—No es ninguna sorpresa —bufa Damon.