Pink Drink Ꞝ Sahyo

4.

Jihyo recoge piezas de lego del suelo por cuarta vez hoy. Las vuelve a poner en el contenedor cuando una versión pequeña de su esposa se acerca.

—Mamá, no abre—

—No puedes abrirlo, mi amor. ¿Quieres que te ayude?—

—Sí, por favor —

La niña le da el frasco de mermelada de frambuesa. Ella lo abre fácilmente.

—Gracias, Mamá ¿Quieres un sándwich?—

—Sí, por favor —

Jihyo sonríe alegremente a la pequeña niña parada frente a ella. Todavía no puede creer que hayan logrado hacer una pequeña versión de Sana, cariñosa y ruidosa.

—¡Ya llegué!—

Jihyo sonríe aún más al escuchar esa voz. Se levanta y tiene una mini carrera con su hija hasta la puerta principal.

—Mamáaaaa, bienvenida a casa. Te extrañé.—

Sana carga inmediatamente a su hija en brazos y recibe toneladas de besos en su rostro. Se ríe ante la muestra habitual de cariño. Mientras tanto, Jihyo observa la escena con el corazón lleno de amor y su mente en paz ahora que están completas.

—Iba a hacernos sándwiches.—

—¿En serio? ¿Puede Mamá tener uno de esos también, cariño?—

La mayor vuelve a reír ante los asentimientos emocionados que le da su hija. La baja de nuevo para que pueda seguir con lo que estaba haciendo.

—Asegúrate de usar la mermelada de frambuesa en el mío, ¿de acuerdo?—

—Por supuesto, Mamá. No lo comerás si no es de frambuesa, obvio.—

Sana se sorprende por la actitud repentina, pero Jihyo se está riendo. Mira a su esposa molesta.

—Bebé, ¿Mamá te enseñó eso?—

—¿Enseñar qué? Ah, mi compañero de clase dijo que ¿cómo tengo dos mamás porque él también quiere?—

—Oh, mientras sus padres lo traten bien, no importará tanto.—

Sana le dice a la niña mientras enlaza su brazo con el de Jihyo y apoya la cabeza contra la más joven.

—Sí, pero tener dos mamás es genial. También dicen eso. Ahora prepararé mi sándwich, adiós.—

—Adiós, mi amor.—

—Adiós, cariño.—

Una vez que la pareja casada estaba sola, Sana finalmente recibe su beso de bienvenida de Jihyo. Las dos se miraron durante un momento antes de que la más joven tomara las cosas de Sana.

—Lo tengo, cariño.—

—Gracias. Ojalá también tuviera dos mamás, habría sido genial, ¿sabes?—

Sana mira a su esposa esperando algún comentario, pero Jihyo le da una mirada de confusión.

—¿Qué? Tienes dos mamás. La de Japón y la de aquí.—

—¿Aquí?—

Sana también le está dando una mirada confundida.

—Sí, me llamaste 'Mami' también anoche y-¡AY! ¡SANA, NO!—

Usa el bolso como escudo cuando las llaves del auto vuelan hacia ella.

—No creo que sea seguro que estés cerca de mi hija.—

Jihyo todavía sosteniendo el bolso corre hacia la cocina.

—Bebé, ayúdame. Mamá está en modo monstruo otra vez.—

—¿Modo monstruo? ¿Qué le estás enseñando a mi hija, Park Jihyo?—

Sana avanza hacia donde está su familia.

—No olvides el Minatozaki en mi nombre también, cariño.—