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Capítulo Seis

Yibo

Me dolía la cabeza desde el momento en que abrí los ojos y vi la luz del sol entrando por la ventana. Quien dijo que esa mañana era el comienzo de un nuevo día obviamente nunca había sido atropellado por un automóvil.

Todavía me sentía como ayer.

-¿Cómo estás?

Giré la cabeza y luego parpadeé confundido.
-¿Xiao?

El hombre estaba sentado en una silla junto a mi cama.
¿Por qué estaba sentado en una silla junto a mi cama?

-¿Hay algo mal?

Xiao se rió entre dientes mientras negaba con la cabeza.
-No.

Yo no le creí.
Traté de ponerme en posición sentada, pero mi cabeza
instantáneamente comenzó a dar vueltas. Gemí mientras presionaba mi mano en mi sien y me acomodaba contra las almohadas.

-Cuidado, -dijo Xiao mientras se levantaba y se movía para
sentarse a un lado de la cama. -Probablemente te duela mucho la cabeza por un tiempo.En serio.

-¿Qué hora es?

-Alrededor de las ocho y media.

-Bueno. -Fruncí el ceño.
-¿Qué día es hoy?

Xiao se rió de nuevo.
-Es jueves por la mañana.

Bueno, eso explicaría por qué Xiao llevaba un traje diferente
desde la última vez que lo vi.

Aunque era extraño verlo sin
chaqueta de traje o corbata, el cuello abierto mostrando un poco
de piel era agradable.

-¿Cuánto tiempo he estado durmiendo? -Mi mente no podía
procesar las horas que habían pasado.

-Te traje a casa desde el hospital hace unas veinte horas. Te
despertamos cada dos horas durante las primeras doce horas
como nos dijo el médico, pero has estado realmente dormido durante las últimas ocho.

Xiao se acercó a la mesa de noche y agarró un vaso de agua y
dos pastillas blancas antes de ofrecérmelas.

-Aquí, esto ayudará a evitar que tu cabeza palpite.

Las tomé con entusiasmo. Estaba a favor de que no me doliera la
cabeza.

-¿Tienes hambre?

Empecé a negar con la cabeza hasta que me di cuenta de que
tenía hambre.
-Sí.

Xiao sonrió mientras acariciaba mi muslo.
-¿Por qué no te vistes y voy a decirle a Lu que estás despierto? Jackson fue a tu casa y tomó algunas de tus cosas-. Xiao
señaló una bolsa que estaba en la silla junto a la cómoda. -
También le pediré que instale uno de nuestros mejores sistemas
de seguridad. Debería estar listo para cuando regreses a casa.

La indignación me llenó hasta el borde.
-Xiao, no puedes hacer eso.

-Puedo y lo hice.

-Mira, sé que tienes buenas intenciones, pero esa es mi casa.

-Y tú eres mi asistente ejecutivo. Si quiero instalar un sistema
de seguridad en tu casa para mantenerte a salvo, lo haré.

Puse los ojos en blanco. Xiao nunca iba a cambiar. Había una
parte de mí que apreciaba las cosas que hacía, pero había
otra parte que quería estrangularlo.

-Mira, Bo , hasta que sepa quién está detrás de mí, preferiría
que me dejes mantenerte a salvo.

Suspiré.
-Está bien, Xiao.

millonaire Boss (Primer Libro)Where stories live. Discover now