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Capítulo Once

Zhan

-Yibo ha dejado el hospital, señor -dijo Jackson. -Los
guardaespaldas que coloqué sobre él lo escoltaron de regreso a su
casa de piedra rojiza. Yibo les negó la entrada, por lo que están
vigilando el lugar desde un automóvil en la calle.

-A veces puede ser tan testarudo-. Me reí. -Aunque esa es una de sus cualidades más redentoras.

-Lo sospecho, señor.

-Bueno. -Miré a Wenhan. -Supongo que entonces nos dirigimos a la casa de piedra rojiza de Bo.

-Muy bien, señor -dijo Wenhan antes de encender el auto.

Palmeé la pequeña caja negra en mi bolsillo. Con un poco de
suerte, esta sería la última vez que iría a la casa de piedra rojiza de
Bo a buscarlo.

Cuando nos detuvimos frente a la casa de Bo veinte minutos
después, ni siquiera esperé a que Wenhan o Jackson abrieran la puerta.

Salté y comencé a subir los escalones. Podía escuchar a Jackson gritando detrás de mí, pero no me importaba.
Tenía una misión en este momento.
Bo.

Llamé a la puerta. Cuando se abrió, tenía una de mis sonrisas
premiadas en mi rostro.
-Hola, Bo.

-Xiao.

Fruncí el ceño por un momento, inseguro de mi bienvenida.
Bo no parecía tan feliz de verme.
-¿Puedo entrar?

Bo me miró de nuevo y luego dio un paso atrás, manteniendo
la puerta abierta.

No sé qué esperaba cuando entré en la casa de piedra rojiza de Bo, pero lo que encontré fue un lugar cálido y acogedor y algo
que se sentía como si su único propósito fuera hacer que alguien
se relajara y se sintiera bienvenido.

Un gran sofá color crema, mullido, estaba situado frente a una
chimenea de ladrillo blanco con una repisa de madera tallada.
Varias almohadas estaban apiladas en un extremo con una manta
colocada sobre la espalda, dando la impresión de que Bo había
estado acurrucado allí, con suerte descansando. La taza y el libro
en la pequeña mesa de café de madera al lado del sofá respaldaron esa idea. El resto de la habitación era una colección empantanada de pinturas, estanterías y plantas en macetas.

Me volví para mirar a Bo cuando escuché cerrarse la puerta.
-¿Cómo te sientes?

-Un poco adolorido, pero puedo trabajar mañana.

-No, no, deberías tomarte un par de días libres.

Bo resopló mientras pasaba a mi lado.
-Después de tu gran anuncio en la gala de anoche, tomarme
unos días libres es lo último que debería hacer. Los medios de comunicación estarán encima de ti. Necesito hablar con el
departamento de relaciones públicas para ver si podemos
minimizar el daño.

Esto no iba como lo había planeado.
-¿Qué daño hay que minimizar?

-¿En serio? -Bo agitó la mano en el aire como si fuera
necesario hacer algún tipo de gesto. -Le dijiste a todo el mundo
que nos casaríamos.

-¿Entonces? Vamos a casarnos.

Bo me lanzó una mirada dura como el acero.
-Ya no voy a jugar a este pequeño juego contigo,Xiao. Si
quieres seguir mintiendo a la gente, eso es cosa tuya.

-¿Y si no fuera una mentira?

Podría haber olvidado respirar mientras esperaba la respuesta
de Bo a mis palabras.
El chico me miró de reojo.

millonaire Boss (Primer Libro)Where stories live. Discover now