millonaire Boss (Primer Libro)

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Capítulo Nueve

Zhan

Pasé una mano por mi cabello mientras escuchaba al detective
asignado a esta tormenta de mierda explicarle a mi padre, el
senador, lo que estaba sucediendo con el caso. Ya habían pasado
tres horas desde que Bo fue llevado en ambulancia, y tenía una
imperiosa necesidad de ver cómo estaba.

Lele había llamado y me había dicho que Bo estaba bien.

Mi médico personal me había llamado para decirme que Bo
estaba bien.

El oficial asignado a vigilar su habitación me había llamado para
decirme que Bo estaba bien.
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No creería a ninguno de ellos hasta que viera al hombre por mí
mismo, y no tenía idea de cuándo sucedería eso. Se sentía como si
hubiera pasado un millón de años desde que sacaron a Bo en
una camilla.

-¿Era solo un experimento?

Apenas contuve mi gemido cuando miré hacia arriba y encontré
a Dilraba parada frente a mí.

-Hola, Dilraba. -Entonces no quería tratar con ella. No ahora.

-¿Era solo un experimento?

-¿Un experimento?

-Sí, ¿te acostaste conmigo como una especie de experimento
para ver si eras gay o heterosexual?

Oh, hombre.
-No fuiste un experimento, Dilraba. Yo solo... Bo es especial.

Todavía me estaba recuperando del beso que habíamos
compartido. Tenía la intención de echar a Qin, pero se había
convertido en mucho más. Nunca había besado a otro hombre
antes, ni siquiera había querido hacerlo, pero quería besar a Bo
de nuevo.

Quería hacerle todo tipo de cosas a Wang Yibo.
Y eso me confundió muchísimo.

Hubo momentos a lo largo de los años en los que miré a un
hombre y pude apreciar su apariencia, pero nunca había tenido un deseo abrumador de inclinar a uno sobre la mesa más cercana y hundir mi polla en ellos.

Todavía estaba sorprendido de lo mucho que quería eso.

-Mira. -Tomé las manos de Dilraba con las mías. -Eres una
mujer hermosa que sería la esposa perfecta para casi cualquier
hombre.

-Simplemente no tú.

Negué con la cabeza.
-No, no yo.

-¿Eres realmente gay?

No sabía lo que era.
-Yo-

-Xiao, -dijo Ayanga mientras se acercaba rápidamente. -
¿Puedo hablar contigo un momento?

-Por supuesto. -Me incliné y le di un beso en la mejilla a Dilraba. -Cuídate.

Solté un suspiro de alivio mientras me alejaba con Ayanga.
-Gracias, hombre.

-Parecía que necesitabas ser salvado.

-Sí, cometí el error de acostarme con Dilraba el fin de semana
pasado. Ella quería saber si era solo un experimento para
averiguar si yo era gay o no.

-¿Ella lo era?

-Si me hubieras preguntado el fin de semana pasado,
probablemente te habría golpeado.

-¿Y ahora? -Los ojos de Ayanga se agrandaron cuando no dije
nada. -Mierda, Xiao, ¿eres gay?

Esa fue la gran pregunta.
Negué con la cabeza antes de encontrar la mirada de mi mejor
amigo.
-No lo sé.

-Mierda.

-¿Mierda qué? -preguntó Yixing mientras se unía a nosotros.
Miró entre Ayanga y yo. -¿Qué está pasando?