Capítulo 3

2 0 0
                                    

Las horas pasaban, pero para Hana se las horas se le hacían eternas. Ella se encontraba sentada en un banco del pasillo del hospital donde llevaron a urgencias a su madre. Hana esperaba ansiosamente una noticia de su madre.

-Señorita, ¿es usted familiar de la señora Hiroko? - Una voz hizo sacar a Hana de sus pensamientos.

-S-Si, soy su hija, ¿ella se encuentra bien? - Hana pregunta algo ansiosa en busca de una buena respuesta.

-Señorita... A ella no le queda mucho tiempo de vida. Se le desarrolló una grave enfermedad que al parecer ella no trató desde antes.

Hana no sabía qué decir, sentía que se le venía el mundo encima. Sabía que su madre estaba mal, pero nunca pensó que así de mal estaba su madre.

-Yo... ¿Puedo verla? Por favor. - Dijo Hana

-Claro, puede pasar a verla.

Ella entró a la habitación y vió a su madre sentada en la cama hospitalaria, mirando hacia la ventana.

-Mamá...

Hiroko volteo la cabeza en dirección a Hana.

-Hana... Y-Yo lo siento, Cariño - La voz de Hiroko se entrecortaba, como si fuera a llorar.

-¿Por qué, Mamá? ¿Por qué nunca me dijiste? ¿Por qué dejaste que esto pasara?  

-Porque no quería preocuparte, Cariño. Además, no había razón para tratar, esta enfermedad no tiene cura, y yo quería pasar más tiempo contigo que estar todos los días acostada en la cama de un hospital... - De los ojos de Hiroko salieron las dichosas lágrimas.

 -No quiero esto, Mamá... - Hana se cubre la cara, comenzando también a llorar.

 -Ven aquí, Cariño. - Le dice Hiroko a su hija, estirando sus brazos en señal de que vaya a abrazarla o de que quiere un abrazo.

Hana se descubre la cara y va hacía su madre rápidamente para abrazarla antes de que se vaya de su vida completamente.

Hiroko y Hana se dan un abrazo fuerte y expresan el amor que tienen hacia la otra persona mediante el abrazo.

-Hana, te voy a decir algo y tienes que escuchar con atención. - Hiroko rompe el abrazo para decirle algo a Hana.

-¿Si, Mamá? - Hana se separa un poco de su madre para verla y escucharla atentamente como le dijo.

-Hana, quiero que cuando me muera vayas a mi habitación y revises el velador que está al lado de mi cama, ahí encontrarás una carta. - Hiroko tragó saliva. - Y quiero que hagas todo lo que te indica la carta, por favor. 

Hana se sintió algo confundida, no sabía bien lo que le trataba de decir su madre, pero evitó hacer preguntas y decidió solo escuchar y hacer caso.

-Está bien, mamá, entiendo...

El descubrimiento de HanaWhere stories live. Discover now