CAPÍTULO 49 TE EXTRAÑO

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Antes de entrar al local, Jennie observa unos minutos a Lisa a través del vidrio de la entrada. La chica más alta limpia todas y cada una de las mesas con concentración y siguiendo el mismo patrón de rociar un poco del bote de jabón líquido para luego pasar el trapo en círculos hacia la derecha.

Rosé continuó trabajando en su tesis sobre Lisa junto con Suzy y se permitió adelantarle a su mejor amiga algo del comportamiento de la chica del café para ayudarla a entenderla un poco mejor. Trastorno de ansiedad, cierto tipo de autismo, TDAH y TOC, son solo un abrebocas de lo fascinante que es la cabeza de la pelinegra... porque sí, es fascinante.

Lisa aceptó a la profesora de Rosé como una más de sus amigas (quien mejor la entiende) y ahora la visita en su aula en los ratos que su apretada agenda le permite; esto logrando también entenderse, aceptarse, ayudarse y amarse y siendo feliz de serle útil a la psicóloga de la risa estruendosa, todos ganan.

Jennie se limpia una lágrima respirando profundo antes de hacer presencia en el establecimiento. Los sentidos de Lisa se ponen alerta en el momento en que oye la campana de entrada anunciando un nuevo cliente, suavizando el gesto y sonriendo enternecida al ver a su castaña de ojos hermosos inundar el lugar con su delicioso perfume femenino, le encanta.

—Lisa —saluda con una sonrisa nostálgica.

—Jennie...

—¿Cómo estás?

—Mejor ahora que viniste, ¿quieres café?

—No cariño, estoy bien —se aclara la garganta—. ¿Hay algún lugar en el que podamos sentarnos sin que nos molesten?

Lisa levanta la mirada en un gesto de pensar el lugar exacto que describe Jennie, para luego tronar los dedos dando a entender que se le acaba de ocurrir la mejor de las ideas.

Entrelazando sus meñiques como suele hacer siempre, se lleva a la pelicorta hasta el patio trasero de la cafetería donde Somi suele recostarse a jugar y se sienta en el suelo junto a ella, debajo de un pequeño árbol que hace suficiente sombra para el molesto sol de más de mediodía. El lugar da vista hacia el ajetreado vecindario siguiendo el rumbo de su día a día.

—Es tranquilo aquí.

—Puedo notarlo.

—¿Aquí sí puedo besarte?

La pregunta de Lisa se deja salir con tono preocupado. Desde que ha empezado a salir con Jennie, los besos se han limitado a lugares escondidos o solo en sus casas donde nadie más que sus amigos puedan verlas, esto entristeciendo a la pelinegra; la excusa de la nadadora, el temor a que sus padres puedan darse cuenta de lo que hay entre ella y Lisa y se arme un problema. Ella acepta, de ahí en que le guste la idea...

La respuesta de Jennie es besarla ella con extrañeza, dejando salir todas las ganas que ha venido conteniendo desde hace días. Lisa suspira de alivio en sus labios alargando lo más que puede ese beso, temiendo que sea el único que le dará en todo el día quién sabe hasta cuando; así se han vuelto las cosas con Jennie desde hace ya un mes y medio que salen.

—Te extrañé —respira Lisa con dificultad.

—También yo —trata de componerse Jennie—. Precisamente es de eso de lo que te quiero hablar.

Lisa hace su usual gesto de confusión.

—Iré al grano, me preocupa la actitud de Somi.

—Somi está bien.

—Está bien contigo, pero no conmigo ni con las chicas —suspira triste—. Sí sabes que está celosa por mi culpa, ¿no?

—No me gustan los celos, se sienten feo —la abraza

UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)Where stories live. Discover now