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"no podemos dejarla sola, eso está claro, tampoco sabemos de donde viene, desde que distrito, el norte conecta con muchos de ellos" Lucy negó. "No puedo creer que su propia madre me haya hecho esa herida en la pierna, es infumable"

"No todos los padres tienen que estar hechos para ello"

La mirada de Lucy estaba complemente perdida, no podía concebirlo, para ella era casi imposible, sus padres siempre la habían tratado bien, solo tenía buenos recuerdos a su lado. "Esa mujer no debería de haber muerto, estaba realmente preocupada por ella, por su sobrina". Sentía que no podía llorar más, había llorado durante la tarde entera, tal y como si hubiese muerto su familiar más querido.

"La niña lo ha comprendido enseguida, ya está, no tienes de que preocuparte"

"Por supuesto que tengo que hacerlo, no ha derramado ni una sola lágrima Coryo"

"Cada quien lleva el duelo a su manera, yo tampoco lloré cuando mi madre se murió"

"Eso es un shock"

"Es normal que lo esté Lucy, su padre a muerto, su tía a muerto por culpa de su madre y la misma le ha hecho una herida en la pierna, y tan solo tiene tres años, ¿Que te esperas?"

"Debemos cuidarla Coryo"

"No creo que sea la mejor idea del mundo, a penas tendremos comida para nosotros, Lucy"

"Siempre podemos racionar bien las comidas, y que coma ella más, no podemos dejarla sola, no después de haberse quedado sola, ojalá a mí me hubiesen acogido cuando lo necesitaba, asi no hubiese conocido en primera instancia a Billy Taupe pues si no lo hubiese hecho no estaría aquí, no quiero que le pase algo así a nadie y si puedo evitarlo lo voy a evitar, te guste o no"

"De acuerdo" dijo tras varios minutos de silencio. "de acuerdo, se quedará"

Le sonrió cálidamente y se acercó a él dándole un beso, él la sonrió de vuelta. "Creo que tengo que revisar una herida"

"Y yo preparar una cama para una enana, ¿Dónde están las sábanas?"

"Al final del pasillo en el armario que hay al lado de la puerta de la izquierda"

Asintió y salió de la habitación, Lucy hizo lo propio.

La niña jugaba con cojines que había tomado de una de las mecedoras de la estancia, pero cuando vio a Lucy llegar la miró. "No puedo quedarme, ¿Verdad?"

"No cielo, no, vengo para verte la herida, para revisarla y ver si está bien y curartela"

"Coryo ya me la ha curado"

"Solo te la he limpiado"

La niña no dijo nada. "¿Puedo?"

La niña asintió, extendió las piernas y Lucy vio con pena la herida. "No voy a poder quedarme aquí, ¿Verdad?"

Le sorprendió que una niña tan pequeña preguntara eso. "¿Por qué no ibas a poder, cielo?"

"Por qué no está mi tía, ni mi mamá, ni mi papá, y no os conozco, y vosotros a mi tampoco".

"Pero no tienes porqué preocuparte por eso, nosotros te cuidaremos, no podemos dejar a una princesa sola por el bosque, ¿Verdad Coryo?"

"Eh..." No se había enterado de nada. "Si".

"No tienes porque preocuparte de eso, cariño mío" le acarició la cara y se levantó para preparar lo que usaría para curar a la niña.

"Gracias por dejar que me quede.

No sabía si estaba hablando con una niña de tres años o con una más mayor, aunque tal vez el estar en los distritos condicione a eso, crecer allí y en una situación familiar complicada, tal vez ayudar a madurar mucho más de lo que uno se piensa.

"¿Me va a doler?, antes me ha dolido mucho"

"No, bueno, espero que no, son métodos que usaba mi mamá cuando yo era pequeña para curarme las heridas que me hacía jugando"

"¿También te hacías pupa?"

Rió ante la inocencia de la niña. "Pues claro, yo también me hacía pupa, era muy traviesa de pequeñaja, tenía heridas cada día, me tropezaba siempre al igual que me caía y me hacía mucho daño".

"Yo no, esta herida no me la he hecho yo"

"Lo sé mi amor, lo sé, ¿Te duele?"

"Mucho"

"Bueno, vamos a hacer lo posible para que no te duela más" si se le infectaba demasiado podía perder la pierna, pero no iba a dejar que eso pasara, por supuesto.

Cuando las cosas estuvieron preparadas se aproximó a la niña y se puso de cuclillas frente a ella.
"¿Preparada?"

Aunque con expresión de susto asintió.

"Te voy a explicar lo que he hecho antes de echartelo, ¿Vale? Para que estés más tranquila."

"Vale"

Mojo un poco el paño que tenía entre las manos en la olla, era infusión de lavanda. "Esto es agua mágica del país de los sueños, en cuanto te lo eche en la herida te va a dejar de dolor en seguida"
Tomó la pierna de la niña con delicadeza y comenzó a apoyar suavemente el paño sobre la herida. "¿Duele?"

La niña asintió. "Bueno, pues eso es porque eres demasiado valiente como para bloquear el dolor, por eso te tengo que limpiar un poco más para que no te duela"

"Me han dicho que quieres un peluche de osito"

"Si, como el que tenía en mi casa"

"No sé si podremos hacer un igual al que tenías en tu casa pero podemos hacer uno nuevo, mucho mejor"

"¿Como botones nuevos?"

"Claro cariño, con lo que tú quieras"

"Eh, pero tú le haces el tuyo, yo le voy a hacer uno, esa idea te la he dado yo"

Lucy rió. "¿Sabes hacer peluches?"

"No, pero primero me enseñas y después hacemos cada uno el nuestro"

"DOS PELUCHES" dijo entusiasmada la niña.

"A mí me parece justo"

"A mí también"

Lucy a provecho que la niña estaba distraída para volver a limpiarle la herida.

"Lo voy a hacer verde" dijo Lucy.

"¿Ah si?" Le respondió Coryo divertido. "Pues yo lo voy a hacer rosa"

"Mis colores favoritos" soltó la niña.

Los mayores rieron. "Pues tendrás uno de cada color, ¿Que te parece?" Soltó Coryo.

"Bien"

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⏰ Last updated: Mar 17 ⏰

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The Northern MountainsWhere stories live. Discover now