Aquel hombre

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Me envolvió tanto en lo más profundo de su corazón, que me fue imposible no quedarme ahí.

Ese hombre... ese tal hombre!. Que a simple vista parece no sentir nada, sin una sola expresión notable, con una mirada pesada y penetrante, ah!... y un carácter tan arduo y áspero como tocar las espinas de un cactus.

Y aún siendo un hombre lleno de insolencia, logré meterme entre su piel, para llegar hasta su alma y tocar su corazón, me adentré tan apasionadamente que pude conocer y describir hasta esa pequeña parte que ni siquiera el conocía de si mismo.

Y aquel hombre, con un porte lleno de orgullo y prejuicio, resultó ser un hombre lleno de pasión, de dulzura y ternura, al mismo tiempo tan intenso y fuerte como las mareas en la Bahía de Fundy y tan especial como un tulipán en diciembre.

Convirtiéndose así en el más suave ser existente y cada parte que conocí me enamoró, tanto así, que se convirtió de una manera tan especial y esencial para mi vivir, es ahora una de esas cosas especiales que forman parte de mi vida y le amo de tal manera, semejante a la que amo cada uno de los poemas de Bécquer y fue él, tan especial para mi, como lo era la rosa para el principito.

El arte de amarte Место, где живут истории. Откройте их для себя