Capítulo 3: Elysia

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Estamos en el año 2022. Mis hermanos y yo nos encontramos en un avión, volando directamente a Estados Unidos desde Inglaterra, donde solo pasamos tres meses antes de tener que salir corriendo, escapando.

Nunca pasamos mucho tiempo en un lugar. Algunas veces nos encuentran los cazadores de hechiceros, un grupo de jóvenes que cree que su aporte para la humanidad es eliminarnos para siempre del mapa y que simplemente desaparezcamos con nuestra magia. Otras veces, hemos tenido que escapar porque uno de nosotros lo arruina, mostrando la magia que tenemos que tener escondida a seres humanos comunes y corrientes.

Normalmente es mi culpa. Mi temperamento ha hecho que cree pequeños incendios, haga volar pizarrones en la escuela y una vez hice que una chica que me encerró en el baño se hiciera en los pantalones en una exposición frente al salón de clases. He mejorado mucho con mi habilidad especial y, cuando me enojo mucho, puedo controlar las mentes sin siquiera intentarlo.

Ahora, Francesca fue la que cometió un error. Su clase tuvo la tarea de cuidar unas plantas en el jardín de su escuela. Una amiga de ella olvidó regarlas y se marchitaron. Ella, con sus poderes, los hizo volver a crecer y mejorar. Tuve que borrar la memoria de todo su salón e irnos al día siguiente.

Dante consiguió un vuelo a Estados Unidos de emergencia. Solemos evitar ese país porque dicen que la central de cazadores de hechiceros se encuentra ahí, pero no teníamos otra opción.

California, Estados Unidos, va a ser nuestro siguiente hogar. Al menos hasta que uno de nosotros lo arruine nuevamente.

-Francesca se durmió- escucho que dice Dante a mi lado. Él se encuentra entre Fran y yo.

-No ha dormido muy bien estos días- le contesto fijando mi mirada en ella- Todavía se siente culpable.

-Es muy dura consigo misma.

-Ha crecido viendo como lo arruino constantemente. Es normal que quiera ser mejor.

Ambos nos quedamos en silencio viendo a nuestra hermana menor. Tiene solo trece años. Está comenzando la adolescencia y creo que tiene más estrés que cualquier chica de su edad.

Dante y yo hemos hecho lo posible para criarla, pero ha sido difícil. Ella es un ser de luz, bondadosa y buena persona. Muy diferente a como somos nosotros. Dante es frío y calculador, como nuestro padre, pero cariñoso con Francesca cuando cree que debe serlo. Yo soy temperamental y tengo mal humor siempre. Además, solo tenemos dieciséis y diecisiete años.

Hacemos lo que podemos. Sé que ella nos agradece, pero también sé que se merece algo mejor.

No hablamos más en el viaje. Todos estamos muy cansados como para hacerlo. Después de unas horas más estaremos en California. Un taxi nos vendrá a buscar e iremos a la casa que Dante arrendó para nosotros desde Inglaterra. Una casa simple, en un buen barrio, con la escuela cerca y con cuatro habitaciones porque sabemos que cada uno necesita su propio espacio. Luego, me tocará el trabajo sucio y tendré que meterme en la cabeza del casero para hacerle creer que le pagamos el arriendo todos los meses.

Tenemos dinero, pero es para comida y cosas básicas. No nos pregunten cómo lo conseguimos. Entre la habilidad especial de Dante y la mía, podemos ser muy peligrosos cuando lo necesitamos.

La vida pasa rápido por nuestros ojos. Siempre lo he pensado así. Cierro los ojos un momento en el avión y cuando los abro ya estamos en nuestra nueva casa de California, en el condado de Fresno.

-Me gusta esta casa- escucho que dice Fran detrás de mí, mientras recorremos la casa ya amueblada- Se ve muy cómoda.

-Entonces, ve a ver tu habitación- le dice Dante abrazándola por la espalda- Te va a encantar.

La magia perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora