Capítulo 12: Elysia

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Lucian West ya lleva un mes en nuestra casa y puedo declarar oficialmente que estoy preocupada. Sigue encerrado en su habitación- nuestra habitación, no de él, tengo que recordarlo- pero cada vez está más incluído en nuestra rutina y eso me asusta.

No confío en él. No creo que exista un momento en mi vida en el que lo haga, pero las últimas dos semanas se ha encargado en ganarse el cariño de Fran y Dante. Mis hermanos son unos ilusos. Creen que Lucian ha cambiado y yo sé que no es así. ¿Cómo puedo estar tan segura? No lo sé, ya ni siquiera me da una mala sensación, solo me rehuso a cambiar mi opinión sobre él.

Francesca hasta le ha puesto un apodo. Lo llama "Luca". Dante también lo llama así. Como si darle un diminutivo cambiara todas las cosas que ha hecho en contra de los hechiceros. Como si Lucian West fuera un demonio asesino, pero Luca West es un ser amigable y directamente salido del cielo, donde almorzaba y cuidaba de los angelitos.

Ni una mierda. No me creo su "cambio de actitud". Ahora, de repente, habla con Francesca sobre todas las historias que ella quiere contarle, hace preguntas y se ve entusiasmado por escuchar lo que ella tiene que decir. Si, claro. De lo único que me he dado cuenta estas dos últimas dos semanas es que es más inteligente de lo que pensamos y todo es parte de su jodido plan para asesinarnos, o peor, entregarnos en las manos de su líder.

Dante me dice que estoy paranoica, pero ¿acaso ustedes no lo estarían? ¡Él ha matado a más personas que Hitler! y no lo digo solo porque estábamos estudiando su historia en clases hoy.

Justo ahora estamos cenando. Una de las pocas cosas que no han cambiado desde la llegada de Lucian es que cenamos los tres en la mesa de la planta inferior mientras el idiota está en la planta superior comiendo probablemente en el suelo porque es un animal.

-No me gusta la confianza que están depositando en Lucian- suelto en la mitad de la cena. Directa, como siempre- Es como si se hubieran olvidado de todo lo que ha hecho...

-No es que nos olvidemos de eso, Ely- me interrumpe Dante mientras Francesca asiente a su lado, dándole la razón- pero, ¿has hablado con él alguna vez de por qué hizo todo eso?

-No me importan sus razones. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, sin importar las razones que tenga de por medio.

-Las cosas no siempre son blanco o negro. Hay matices grises y no podemos ignorarlos, estés o no de acuerdo con ellos- comenta Fran. La miro y pareciera que ha envejecido un par de años con ese comentario tan... maduro.

Tomo mi tenedor con más fuerza de la que me gustaría y apuñalo mi brocoli. Sin muchas ganas, porque no me gusta el brocoli, lo meto a mi boca y lo mastico lentamente, pensando que es la cabeza de Lucian y que la estoy destruyendo poco a poco.

Mis hermanos se miran entre ellos para luego desviar su mirada a mí, recelosos. Hemos pasado tanto tiempo juntos, y tantas cosas entre medio, que es muy probable que se den cuenta de lo cabreada que estoy en este momento.

-A veces eres tan terca...- dice Dante y solo logra que mi enojo vaya en aumento. Ah, y que la cara que me imagino que estoy masticando sea la de él y no la de su querido Luca- Es imposible que no veas cuánto ha mejorado su actitud desde que se enteró de la verdad sobre su historia.

-Y es imposible que ustedes no vean que todo es un plan maestro que ha creado en su cabeza para ganarse nuestra confianza, lo dejemos irse y nos mate.

-¿Acaso no eres tú la que tiene el poder de leer su mente? ¡Pues hazlo! Y después nos dices si quiere matarnos o no.

-Chicos...- dice Fran, tratando de mediar la situación porque sabe que cuando Dante está levantando la voz, es porque la discusión recién comienza.

-Él sabe que puedo leer mentes, genio.

La magia perdidaWhere stories live. Discover now