✦ Capítulo 17 ✦

733 79 31
                                    

Al día siguiente, la vuelta a casa fue silenciosamente dolorosa. A Roier ya no le parecía tan asombrosa la primera clase: Su comida, su espacio, su comodidad... Lo único que le importó fue sujetar la mano de su novio durante todo el viaje y hablar con él, ignorando el hecho de que pronto ya no podría hacerlo. A pesar de que charlaron durante todo el viaje y se dieron algunos besos en la mejilla y caricia, el ambiente estaba cargado de pesar, preocupación y tristezas por ambas partes.

Al llegar a casa, Cellbit bajó las maletas de Roier. Se quedaron contemplando la casa por un momento, en silencio. Hasta que Cellbit habló:

- Guapito... Mañana me iré a Brasil - Miró a Roier algo triste - Esperaba que... Que pudieramos despedirnos en el aeropuerto.

Roier, quien miraba a su novio de manera melancólica no pudo hablar: Tenía un nudo en la garganta que se lo impedía.

- Ujum - Hizo un sonido tembloroso como afirmación, asintiendo con la cabeza. Finalmente, con la voz quebrada, logró decir algo - Ahí estaré, gatinho.

- Meu amor... - Susurró Cellbit para luego abrazarlo.

Era una abrazo fuerte, cálido, cargado de emociones. No se sentía como ningún otro abrazo que el mayor le haya dado a Roier: Este se sentía como si Cellbit jamás quisiera soltarlo. Lamentablemente tuvo que hacerlo, puesto que en ese momento su celular comenzó a sonar.

- Lo siento, Roier - Dijo Cellbit notablemente frustrado mientras se echaba una mano a la cabeza - Debo responder, es el abogado de mi padre...

- Está bien... No te preocupes - Roier sentía como en cualquier momento las lágrimas brotarían de sus ojos, se sentía traicionado por su propio cuerpo - Mañana nos veremos, Cellbit.

Y tras un rápido beso en la mejilla de Roier por parte del mayor, divisó como poco a poco se iba alejando su novio a medida que comenzaba a hablar por teléfono. Se quedó parado en la entrada hasta que el auto arrancó y finalmente lo perdió de vista.

Roier tomó sus maletas y con cada paso que daba del jardín delantero de su casa hasta la puerta mayor cantidad de lágrimas salían de sus ojos. Tocó el timbre y esperó. Fue recibido por su padre Vegetta, quien lo miró confundido y preocupado.

- ¿Roier? - Preguntó su padre - ¿Pero que ha pasado, hijo mío? Ven aquí.

Vegetta abrazó a su hijo con ternura para reconfortarlo. Al estar apoyando su cabeza en su hombro, Roier pudo divisar a su otro padre, Foolish. El otro hombre estaba parado mirando la escena, una pequeña mueca de furia se formó en su rostro al pensar en algo, pero rápidamente se acercó a su hijo para reunirse al abrazo familiar.

- My baby, What happ- Foolish paró en seco: abrumado por la situación no pudo evitar hablar en inglés, rápidamente se corrigió - Hijo ¿Qué pasó? 

Los tres se separaron del abrazo y Vegetta se ocupó de cerrar la puerta de entrada. Roier no tenía ganas de hablar en lo absoluto.

- No quiero hablar de eso... - Mencionó con desgano, tironeando aún de sus maletas, yendo hasta la escalera. 

- Yo te ayudo, hijo - Dijo Vegetta rápidamente, tomando las maletas de Roier, ayudándolo a subirlas por la escaleras. Desde el piso de arriba miró a Foolish con complicidad. Ambos asintieron y mientras Vegetta seguía con su tarea, Foolish se dirigió a la cocina.

Una vez que las maletas estaban en el cuarto de Roier, el joven simplemente se echó a la cama tras dar las gracias a su padre. Justo cuando iba a decirle a Vegetta si podía dejarlo solo, Foolish entró en el cuarto con una bandeja con una taza de chocolate caliente y unas galletas. Roier no pudo evitar que su corazón se retorciera de ternura por el gesto... No podía no contarles a sus padres lo que sucedía.

Entre bambalinas - GuapoDuoWhere stories live. Discover now