• La "misión" de Miguel•

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Diana estaba situada en una de las butacas dentro del aula de clases, el día de hoy había tomado el transporte unos minutos antes, teniendo como resultado ser la única estudiante cuarenta y cinco minutos antes de su primera clase.
Aunque estaba más entretenida de lo normal, viendo con detalle los comentarios de los seguidores de Angelo que reaccionaron ante la dichosa publicación entre ellos.
Observaba como algunos preguntaban por su identidad, otros dejaban su veneno preguntando por Juliana, y la minoría reaccionaba con halagos por la bonita estampa notificando la belleza de ambos.

Perdiendo la noción del tiempo, se da cuenta que a penas faltan quince minutos, dejando atrás sin darse cuenta, media hora hipnotizada por las opiniones cibernéticas correspondiente a esa foto.
En ese mismo instante, con otros estudiantes dentro, Mariana acaba de atravesar el umbral de la puerta, que al ver a Diana sentada, aumenta su velocidad hasta llegar a donde se encuentra sentada.
Acomoda su bolso de color negro oscuro, y mirándola expresa:

-Ya no me puedes dejar en visto. Cuéntame que te traes con Angelo.

-Hola ¿no? No dormí con vos-responde ella, tratando de que transcurra el tiempo, y evadir el tema, por lo menos por ochenta minutos de clases.

-Sisi, estoy hablando en serio. Vi la foto ayer ¿por qué no me dijiste que fueron a la heladería? ¿Por eso faltase ese día?-indaga elevando el tono de voz involuntariamente consumida por la curiosidad.

-¡Sh! Está bien, como sé que eres insistente te lo diré, pero no le puedes decir a absolutamente a nadie-susurra Diana con una mirada un poco intimidante.

-Prometido -responde ella con una sonrisa presente que perdura durante varios segundos.

-Gracias a Angelo, conseguí dinero para solucionar mis problemas, por lo menos por un tiempo. Ese día de la foto, fuimos a empeñar un collar que él tenía pensado darle a su exnovia.

-¿Pero por qué subió esa foto?- interrumpe sin poder controlar su curiosidad.

-Estoy en deuda con él, por eso a cambio fingiré ser su novia-bisbisea culminando la oración con un tono de voz más bajo de lo normal.

-¿Qué? ¿Estás loca? ¡Te está usando!

-Sé que es difícil de creer, pero lo está haciendo para molestar a Juliana, incluso también a su familia.

-¿En serio Diana? Sos una mujer independiente, autosuficiente, empoderada, no puedes tener un precio por ese idiota que cree que por tener dinero puede hacer lo que quiera contigo-expresa Mariana, un poco enojada de escuchar todo lo que ha dicho.

-Mira, sé que suena una locura, pero para mí es mucha guita, y no sé si pueda devolvérsela...además tampoco es tan malo, solo es una mentira, en cierto momento tendremos que actuar en público pero nada más.

-Eso dices ahora, pero ¿y si después te pide sexo? Seguramente va a decir que eso incluye el pago de tu deuda...es hombre.

-No, él no quiere eso de mí, además yo acepté poniendo muchas condiciones, tengo la situación controlada-responde ella tratando de tranquilizar a su amiga bastante alterada.

-No estoy de acuerdo, solo te está usando y vas a salir lastimada.

-¿Y vos no lo usas? Recuerda que patrocinará tu campaña.

-Eso es muy distinto, eso lo hace por todos los de la lista estudiantil, y por querer vencer a Chiara.

-Aja-asegura con sarcasmo.

-Ahora que lo pienso ¿no querrá tener algo conmigo? Tal vez aún no me lo dice, y espera a revelarlo cuando haya comprado todo lo que necesitamos-expresa dramatizando una excesiva preocupación.

En ese instante, sin poder emitir una respuesta Diana, observa como acaba de ingresar, el protagonista de sus conversaciones.

-Hola chicas -saluda con una sonrisa atravesando el pasillo formado por los bancos para ir en busca de su asiento.

-¡Angelo! Hola, ayer hicimos una Asamblea, ya tenemos el presupuesto de lo que necesitamos de tu parte, lo demás nos encargaremos nosotros con el fondo que tenemos del año pasado.

-Bien, cuando puedas decime el monto con los elementos que necesitas...ahora que renuncié a mis otras organizaciones, podré acompañarlos personalmente en la compra. Quiero ayudarlos para que puedan ganar -expresa bastante sincero, omitiendo que busca hacer pública esta ayuda para mejorar su reputación.

-Ayer estuve pensando...¿no quieres algo a cambio? Igual planeo devolverte el dinero

-No, solo necesito un pequeño agradecimiento público.

-¿Ok? -contesta un poco confundida Mariana.

-Es una lástima que no estés más en la agrupación Diana.

-En realidad volvió, ya no es secretaria, ahora su rol es ser vocal, pero está dentro -afirma la candidata a presidente, dejando sin poder responder a su amiga.

-Sí, ahora que estoy mejor gracias a tu ayuda, le prometí a Mariana que volvería.

Angelo, un poco confundido, frunciendo el seño mirándola expresa:

-Bien, ¿imagino que esto fue pactado en el libro de acta durante la Asamblea no?

-Fue una decisión rápida por el grupo de WhatsApp, tras eliminar a una chica inactiva, pero tranquilo, todos estamos de acuerdo.

-Eso no es lo correcto, pero bueno...

En ese mismo instante, Mariana observa por la ventana a un chico que llama su absoluta atención, Miguel.
Él es un introvertido joven de cabello negro oscuro, muy poco problemático y con un nivel elevado de responsabilidad, pero a la vez de competitividad escolar.

El año pasado, era integrante del curso en el que se encontraban Diana y Mariana, en la orientación de ciencias sociales, pero al exceder la cantidad de estudiantes dentro de un mismo espacio, debido a que eran cuarenta y seis estudiantes, trasladaron a otro sitio los elementos archivados dentro del amplio depósito, y crearon un aula dividiendo el curso en dos.
Ante la revelación de Diana, una Mariana preocupada por lo que escuchó tenía una información sumamente valiosa, pero necesita la ayuda de un tercero.

-Hola Miguel ¿Qué tal estás? Necesito hablar contigo- inicia la conversación interceptándolo en el pasillo.

-Hola. Dime-responde él un poco cortante.

-¿Te sigue gustando Diana?

Él, un poco nervioso, no responde verbalmente, solo niega con su cabeza.

-El año pasado babeabas por ella, era un secreto a voces ¿ya la olvidaste? Vaya, eres rápido.

-¿A qué viene la pregunta?

-Diana está en peligro, necesito de tu ayuda, pero si no respondes mi pregunta con honestidad, no te puedo decir.

Él, duda si comentarlo, pero ante la afirmación del riesgo que corre Diana, responde:

-Bien, no como antes, pero hasta ahora no conozco otra chica que haya llamado mi atención como ella-comenta un poco apenado.

-Bien, debes perder el miedo y la vergüenza para tratar de conquistarla. Hay un chico que solo la quiero para el sexo, y ella está ilusionada-asegura mirándolo de forma intimidante para que reaccione a su petición, pero antes de qué el responda luego de esa revelación atónita, se escucha el sonido del timbre escolar interrumpiendo la escena.






La política del amorWhere stories live. Discover now