38- Itachi

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El idiota de Kabuto sollozaba mientras temblaba frente al ordenador.

Le había permitido usar el baño y la ducha.
El mal nacido era un monstruo por lo hinchado que se veía, la sangre había dejado de correr por sus heridas, pero teníamos que asegurarnos de que no se infecte antes de darnos lo que necesitábamos.

—Ustedes tienen al sujeto de prueba. La pelirroja se los entregó.

Su voz sonaba rasposa, estoy seguro que Sasuke lo hizo chillar como un cerdo.
Alcé la vista, mientras seguía sentado en la escalera, justo al final, afilando uno de mis cuchillos.
El tipo, alternaba entre tratar de mirar la pantalla y mirar mis manos.
El filo sin dudas era intimidante.

No respondí.
No era una pregunta.
Seguí afilando mí cuchillo hasta que carraspeo y volvió a hablar.

— Yo la salve. Los otros querían que la eliminé. Fui bueno con ella.

Sabía que mentía. Él estaba a cargo de todas las decisiones, tenía la última palabra sobre los sujetos de prueba, como los llamaba.

—¿De dónde salieron los bebés?— dije serio.

—No son bebés. Son embriones desarrollados en el laboratorio.

— Son bebés.— Gruñí.
El tipo se estremeció.

—Ya casi tengo la fórmula lista
Necesitaré hacer algunas pruebas. — Mascullo.

—No vas a tocar a mí bebé. Y no quiero agujas. Desarrolla algún jarabe. No me importa como lo hagas. No vas a volver a inyectarle nada.

Kabuto Yakushi no podía abrir sus ojos por completo, ya que mí primito le había dejado el rostro todo magullado, pero estoy seguro que lo intentó.

—Para que resulte, debe llegar a nivel celular, no será posible con un jarabe. Tengo que punzar la médula y seguramente necesite hacer más pruebas...

Me puse de pie muy rápido y de un saltó tenía a Yakushi por el cuello, mí cuchillo presionado contra su tráquea.
El tipo se quedó tieso, mientras jadeaba tratando de no hacer movimientos bruscos con su garganta para evitar que le rebane el cuello.

—No vas a tocar a mí bebé. Será mejor que pongas lo que hay en tu cabeza, a trabajar tiempo extra y me des un maldito jarabe.

El cientifico asintió y las lágrimas mancharon su rostro.
No sentí ni un poco de pena por él. No la merecía.

La alarma de mí teléfono empezó a vibrar.
Solté a Yakushi, que se llevó las manos temblorosas al cuello.

—Portate bien, sino le diré a mí amigo que baje y te de una nueva paliza.

Subí la escalera sin voltear a verlo. Solo sentía sus sollozos.

Las cámaras se ocupaban de vigilarlo, pero también necesitábamos presionar al imbécil. Por eso estábamos tomando turnos con él.

Izuna estaba sobre el sillón, tenía a Sarada dormida en su pecho.
Estaba cansado, quería llevar al engendro apestoso con Sasuke y luego tomar una buena ducha.

Me acerque, y cuando iba a cargarla, sentí la dulce y adormecida voz de Saku a mí espalda.

— Dámela, la llevaré conmigo.

Gire y casi dejo caer a la niña.
Saku tenía una camisa abierta, que cubría sus pechos, pero no ocultaba su vientre adornado con un piercing muy sexy, la piel blanca, estaba seguro que sería suave.
Mí pene se sacudió dentro de los pantalones. Gemí.

—Nena, no puedes aparecerte así. Casi dejo caer a la apestosita.— Ronronee. Ella se veía tan jodidamente sexy. Y sobre todo tenía ese aspecto de mujer satisfecha. Quería ir a despertar a Madara para darle cinco. Maldito cabrón suertudo.

Ella me sonrió y luego dio una condenada vuelta sobre sus pies, mientras yo la miraba embobado.

—Esas bragas deben ser incómodas, deberías quitarlas.— solté.

—Coincido.— Murmuró Izuna.

Saku río antes de inclinarse a mí lado y cargar a Sarada.

Beso a mí primo en los labios con dulzura, él sonrió de lado. —Iba a llevarla con Sasu. ¿Estás segura que quieres...?

—La llevaré con nosotros, ambos la extrañamos.— aseguro, mientras abrazaba a la bebé y mis ojos se perdían en la curva de su trasero.

—Bien, ya comió hace un rato y está cambiada, debería dormir hasta las ocho al menos.

—¿Estás segura que no quieres dejarla con Mad y acompañarme? También tengo un bebé despierto y necesita que lo atiendan.

Izuna soltó un bufido, seguido de una carcajada cuando Saku me lanzó un almohadón por la cabeza.
La vi mover ese jodido y sexy trasero hasta la habitación de mí primo y cerrar la puerta con el pie, sin voltear.

Sacudí la cabeza. Tenía que ocuparme de mí pequeño, bueno, no era realmente pequeño, pero si estaba muy despierto. Me dirigí a mí propio departamento. Mientras Izuna bajaba para ocuparse de nuestro huésped.

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Itachi es un cabrón muy gracioso 🤭

Gracias por la paciencia con las actualizaciones de hoy, fue complicado como los datos.

Besitos Húmedos y mucho vómito de unicornios 🤗💕

👑 Reina Arcoiris 🌈

"Misión: Bebé" Sakuharen 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora