(V) "El Hombre De Blanco Y Rojo".

28 4 0
                                    

Era un nuevo año, por consiguiente, los recibió con el horrible regalo de recibir más hombres blancos.
Cada día llegaban más, con más caballos e inpregnar su olor a sucio en la sociedad, pero lo más preocupante es que cuando ellos ingresaban, también lo hacían los enemigos.

Y, para confiar la "amistad"en la que se llevaba entre el tlatoani y los españoles, no era mejor que el líder mexica obtuviera una nueva religión. La ceremonia de Moctezuma había resultado ser un completo éxito, al parecer, la relación entre él y los españoles se fortaleció tanto como para aceptar la religión que los extranjeros tenían y obtener un nuevo nombre: Don Carlos.

Lo que resultó fue una completa deshonra para su cultura, todos resultaron ofendidos al ver tal escenario, pero no daba tiempo para dar énfasis en esa catastrófica fiesta.

Ahora estaban fuera del Templo Mayor, ya que, según a palabras de los invitados, había otra persona que debían conocer. Las cuatro representaciones se hallaban paradas a una esquina de la entrada para recibir al desconocido.

—Aztec, ¿como dicen que se llama el sujeto? —preguntó México jalando de la falda del mayor.

—España, linda.

—España, entendido.

Estuvieron esperando por largos minutos a aquel hombre, pasado un tiempo, por fin pudieron distinguir a alguien a la lejanía. Cuando estuvo un poco cerca, pudieron notar como este sujeto con la cara rajada por una cruz venía escoltado; dos hombres a cada lado del sujeto y cinco detrás suyo.

La mujer que venía adelante del desconocido le señalo con su brazo a donde se tenia que dirigir para que el blanco fuera primero, este al notar a lo que se refería la morena, el asintió con la cabeza y con pasos lentos y con un porte impecable subió las escaleras para quedar frente a las representaciones indígenas, él les dedico una sonrisa cerrada junto con un rostro serio.

—Supongo que ya conocen al señor —dijo Marina señalando respetuosamente al ibérico— pero se los presentó, es el Imperio español.

El castellano bajo un poco la cabeza en señal de saludo para luego volverla a alzar. Los dos indígenas mayores hicieron lo mismo.

—Es un placer conocer al señor España —dijo Mexica— espero que este lugar sea de su agrado.

Marina repitió lo mismo para que España pudiera entender.

—[Me he quedado maravillado con este lugar, es asombroso y tranquilo —comentó con sinceridad España. — [No conozco vuestros nombres, ¿me cederian el honor de saberlos?]

Cada uno de los cuatro se presento en la lengua del contrario,
España respondía con un leve movimiento con la cabeza y su típica mirada sobre la nariz además de su sonrisa cerrada distinguida. Con Itzá fue diferente, el español hizo lo mismo, pero le agregó un alzar de cejas.

—Perdone nuestro español, apenas estamos aprendiendo, asimismo, de que su lengua es complicada —menciono el de sangre Mexica.

—No os preocupéis, lo hablan mejor que otros que conozco. Aprenden rápido —respondió, tratando de sonar lo más comprensivo.

—¿Supongo que debe de saber que tenemos una comida especial con usted, verdad?

—Así es, la muchacha apenas me lo acaba de anunciar.

Stolen Stay (Nueva España)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora