🍁 Color Mostaza: Atención.

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En términos muy simples, dos minutos después de entrar a las instalaciones del parque de diversiones me arrepiento de forma automática.

¿Cómo no hacerlo? Después de que estos dos demonios tamaño miniatura me jalen de un lado a otro, Mikasa desea subirse al primer juego acuático, pero tengo que desistir ya que es un juego violento y es obvio que no dejan entrar a niños menores de doce años, luego esta Eren que quiere ir a las tazas giratorias, un juego para infantes de un año en adelante, Mikasa se molesta y empieza a gritonear que es un juego aburrido e infantil.

El resto del recorrido no es como si fuera mejorando, ningún juego divertido o que sea divertido para nosotros puede subirse un niño pequeño y los juegos que son para niños pequeños son aburridos para nosotros, pienso que quizás venir al parque de diversiones con un niño pequeño es un poco tedioso, si estuviera algún otro adulto conmigo tal vez pudiera divertirme en la montaña rusa, la triple torre, el ¡Splash!, los juegos de altas velocidades, acuáticos, los juegos altamente peligrosos para Eren y que tanto para mí como Mikasa son mucho más emocionantes y divertidos.

A la mitad de la mañana estoy harto, me duele la cabeza y siento que podría ser yo el que termine ahorcando a los dos mocosos si no se llegan a callar de una buena jodida vez, llevan discutiendo por lo mismo desde que entramos.

Pido algo de comida, estoy hambriento y también lo está Eren, Mikasa por otro lado, la conozco lo suficiente como para querer hacer berrinche y no comer nada.

- Mikasa... Si quieres algo de comer pídelo por tu cuenta, no quiero que luego me estés acusando de que no te alimento. - llevo mi bandeja hasta la mesa donde Eren espera pacientemente.

Yo he pedido una enorme hamburguesa de queso y tocino, unas papas grandes con cátsup, un refresco y un helado, para Eren he pedido un paquete infantil que incluye un juguete de la película infantil de temporada, espero que con eso este entretenido por un buen rato.

- Yo también quiero el combo infantil. - pide Mikasa.

- Si, si, lo que digas, toma el dinero y ve a pedirlo. - le doy mi billetera y agito la mano para que se forme en la fila.

Ella hace una mueca de fastidio, pero al final accede.

- ¿Te gustan las hamburguesas? Eren.

- Si. - grita feliz.

Saco el paquete con la hamburguesa que es un poco más pequeño que el de mi propia hamburguesa y se la tiendo, él enreda sus dedos en el papel y termina manchando las manos de rojo por el cátsup.

- ¿Te ayudo?

Niega lentamente con la cabeza y sigue su arduo trabajo, al final logra sacar la hamburguesa, pero no la come al instante, separa el primer pan y espulga el interior, saca los pepinillos, los pone en el papel y pellizca el queso para metérselo a la boca, lo prueba y cuando decide que es de su agrado vuelve a poner el pan de nuevo en su lugar y empieza a comer haciendo que tanto el cátsup como el queso le manchen las mejillas.

- Ahhh... - frunzo el ceño y tomo una de las servilletas que están en los contenedores de metal que ponen en cada mesa.

Me estiro hasta donde esta él y le paso el papel por las mejillas y la boca, al principio parece sorprendido, pero después deja que le limpie.

- Come con cuidado.

Asiente con energía y sigue su comida.

Mikasa llega con su combo infantil y azota la charola, luego se deja caer en la silla de manera estruendosa.

Me mira mientras mete su mano a la caja de cartón del combo infantil.

- Abre mi hamburguesa. - dice extendiéndomela.

- Hazlo tú sola, ya tienes edad para hacerlo.

Bufa y rueda los ojos, después finge mancharse de cátsup y queso la cara.

- ¿Qué eres? ¿Un bebé? Mírate, una preadolescente manchándose como un bebé.

Me gruñe como un gato molesto y se pasa la tela del cuello de su camiseta por el rostro, manchándose aún más.

El resto de las atracciones trato de que nos diviertan a los dos, pero es como avivar más el fuego, Mikasa repela por todo, se enoja y al final hace que Eren termine llorando y pidiendo regresar a la casa.

Reprendo a la chica por ello, pero termina gritándome a mí también sobre lo horrible que fue su domingo y como es que odia a Eren, termina encerrándose a su habitación, suspiro y trato de dejar que ella se desahogue sola, no creo que haga una locura, hemos discutido en otras ocasiones, no creo que esto la desquicie de más.

Por otro lado, Eren se nota deprimido y triste, no para de pedir perdón y decir que él solo quería ir a ver el espectáculo de delfines de las cinco de la tarde.

- La semana que entra, si regresas a la clínica, prometo llevarte, ¿Está bien? - Le digo para tratar de tranquilizarlo.

Él asiente débilmente, no está muy convencido por mi propuesta, se lo piensa demasiado.

Lo trato de animar un poco con un par de películas que salgo a comprar, pido una pizza y cuando trato de hacerle llegar una a Mikasa me responde molesta y pide que me largue con Eren a comer pizza.

¿Está celosa del niño?

La pregunta me da risa, tal vez... solo quiere toda la atención para ella, vamos, Eren solo ha estado un día con nosotros, y solo estará unos días aquí, no entiendo que pasa por la cabeza de esa chiquilla maleducada.

Al caer la noche Eren me pide que duerma de nuevo con él, promete que solo será el día de hoy.

- ¿Me cuentas un cuento? - me mira desde la cama mientras abraza a su oso de peluche.

- ¿Un cuento?

- Si, por favor, la doctora Hanoi, me lo contaba antes de irme a dormir.

- ¿Por qué no lo pediste anoche?

Él juega con las orejas del oso y alza la vista.

- Estabas cansado.

Le sonrió y termino de ponerme el pijama.

- Será un cuento corto, mañana tienes que ir a la escuela y yo también.

Me sonríe feliz y asiente, luego palmea a un lado de él, invitándome a que entre junto a él dentro de las sábanas.

Pero hay un problema... yo no sé contar cuentos.

Gracias por leer.

Parlev

Promesas de CrayónWhere stories live. Discover now