Capítulo 2.

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Jungeun levantó la mirada cuando la campana sobre la puerta tintineó y sonrió cálidamente a su abuela.

—Buenos días, Nana ¿Cómo estuvo tu paseo? 

—Oh, hace un día hermoso allá afuera, Jungeun— Joohyun rodeó el mostrador y arrojó su bolso en el estante inferior, apartando a Jungeun de su camino.

—Te dije que sacaría esto esta mañana— Jungeun había estado colocando los precios en las comidas liofilizadas que mantenían en stock para los mochileros que abundaban las montañas en verano. Permitió que Nana se hiciera cargo y fue a buscar para sí misma un Latte de la máquina de café expreso. Con orgullo tocó un lado de la máquina, limpiando una mancha con su pulgar. Esto había sido lo primero que había añadido cuando compró la tienda el otoño pasado. El café era una de las pocas cosas que extrañaba de Seúl.

—¿Quieres uno?— preguntó ella.

—No, gracias. Acabo de tomar jugo. Oh, Jungeun. Conocí esta mañana a la mujer más interesante— dijo Nana. 

—¿Cuándo?— preguntó Jungeun distraídamente cuando apretó el botón que calentaba la leche al vapor.

—En el sendero, junto al lago— explicó Nana —Una artista. Miré su trabajo, aunque estoy segura que no supo que le estaba espiando. 

—¿Espiándola? ¿Por qué?

—Bueno, no quería molestarla. Tenía una gran libreta y un puñado de tizas de colores y sus manos volaban sobre el papel— Joohyun suspiró profundamente—Quería pedirle que me lo enseñara, pero una vez que ella se puso de pie, me acobardé. 

—¿Por qué lo dices?— Jungeun tomó un sorbo de su café y sonrió satisfecha. Nada como un buen café.

—Bueno, ella era...imponente. Más alta que la mayoría de las mujeres. Y sus ojos. Oh, Jungeun, el color azul más extraño que jamás haya visto. Parecía mirar a través de ti.

—¿Cómo se llama?— Nana levantó su mirada y frunció el ceño.

 —Jung Jinsoul ¿Has oído hablar de ella?

 —¿Jung Jinsoul? No estoy segura ¿No había un artículo sobre ella en Northwest Magazine a principios de este año?

—No lo recuerdo. Sabes que realmente nunca leo esos artículos— dijo ella y sonrió tímidamente— Simplemente disfruto las imágenes— Jungeun también sonrió.

—Tú y yo. Así que ¿Está aquí pintando? 

— Supongo. Alquiló el lugar de los Kang hasta octubre. Estaba casi segura que los Kang sólo iban a estar fuera una semana o algo así. Al menos, eso fue lo que escuché. Me pregunto si estarán teniendo problemas— caviló ella. Luego volvió a mirar a Jungeun —En fin, le dije que pasara por aquí. Es un poco mayor que tú y le dije que no tenías ningún amigo aquí de tu edad.

—¡Nana! 

—Bueno, no lo tienes. Sigues diciendo que no tienes nada en común con la gente de aquí.

—Estoy segura que tampoco tengo nada en común con una artista.

—Eres diseñadora de anuncios. Eso es arte— dijo Nana enfáticamente.

—No creo que lo que hago para la firma de mercadotecnia se le pueda llamar arte, Nana. 

—Bueno, de todos modos ella no era tan amable. Puede que ni siquiera pase por aquí— Jungeun negó con su cabeza y tomó un sorbo de su café. 

Era cierto. Había hecho pocos amigos desde que se había mudado aquí. La mayoría de los lugareños eran mayores y los que estaban cercanos a su edad estaban casados y tenían niños pequeños y ciertamente no tenía nada en común con ellos. Hasta ahora, se había contentado con tener a Nana como su única amiga.

jinsoul's moon,, lipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora