Parte 3

64 25 14
                                    

     Como pensé, después de aquella entrevista Felix y yo nos saludábamos cada vez que coincidíamos

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

     Como pensé, después de aquella entrevista Felix y yo nos saludábamos cada vez que coincidíamos. Si de mí dependiese hubiera tardado una eternidad para acercarme más o tal vez no hubiera sido posible tan siquiera. No soy del tipo que habla con las personas así como así, y menos con las que me parecen atractivas. Mi mente se vuelve mucho menos interesante si veo a gente que me parece muy hermosa. Pero mi amistad con Bangchan hizo posible las cosas porque una tarde me los encontré en uno de los jardines universitarios con mi hermano. Jeongin me hizo señas con la mano para que me acercara. Él y Bangchan se conocían bastante bien después de que este último durmió varias veces en nuestro departamento por las maratones de estudio.

     Resulta que Bangchan y Felix estaban merendando cuando Jeongin se acercó a saludar y terminó uniéndoseles. Bueno, mi hermanito era más sociable que yo, pese a su rostro serio. No era ajeno a la pequeña fama que nos habíamos ganado de ser un par de inaccesibles. Esa tarde mi compañero actuó como celestina e insistió en que saliéramos juntos alguna noche. La verdad es que en el fondo estaba agradecido. De otro modo sería difícil volver a coincidir con el rubio. Fue así como, podría decirse, iniciamos una pequeña y tímida amistad en tanto seguía conectando con su voz cada noche, como una cita de la que solo yo tenía conciencia.

     Ocurrió un encuentro a medio día en medio de los pasillos. Tuvimos una charla de esas que se dan por mera educación. Le pregunté qué tal su trabajo, él me preguntó qué tal mi almuerzo.

     —No he almorzado aún —dije. Él asintió con un leve «Ah» y en mis adentros me impulsé a ser valiente. —¿Almorzamos juntos? —me animé a proponer.

     —Oh, es que ya almorcé.

     —Ya —sonreí levemente como si aquello no me importara en lo absoluto.

     —Pero te puedo acompañar si no te molesta.

     —Me viene bien la compañía. En realidad, traje comida de casa... podemos sentarnos en una de las mesas del jardín cerca de la escuela de ciencias. —Era el jardín más lindo del campus porque los estudiantes de botánica hicieron magia en ese sitio.

     Con Jeongin nos turnábamos para cocinar. La comida que llevaba el día de hoy era obra suya, lo que agradecí porque él era más diestro que yo. Traía un trozo de lasaña en salsa blanca y antes de encontrar a Felix lo había metido al microondas del comedor universitario. Nos sentamos en una de las mesas del parque rodeados de flores coloridas. Le pregunté sobre su carrera. Estaba escuchándolo contarme que estudiaba periodismo mientras obtenía un diplomado en doblaje y trabajaba un cuarto de tiempo en la radio universitaria cuando el sonido de sus tripas interrumpió su relato. No fue un sonido tenue de lo que puedes disimular con una tos o riendo, aquello fue... bueno, escandaloso.

     —Oh. —Me asombré. Fue un volumen tan elevado que fingir no haberlo oído no era una opción—. Creí que ya habías almorzado.

     —No, este... desayuné tarde. Lo siento por mi estómago salvaje.

Orejas coloradas [Fanfiction Stray Kids/Hyunlix]Onde histórias criam vida. Descubra agora