Capitulo 1

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"Cualquier persona es capaz de crear un plato del que puedas disfrutar el primer bocado pero solamente un chef verdadero puede hacerte disfrutar el último..."

Francois Minot.

New York.

La mañana era húmeda y fría, las gotas de la lluvia de esa madrugada y una pequeña luz se filtraba por las orillas de las cortinas del gran ventanal, por el suelo una botella de vino rodaba chocando con otra, alrededor otras más se encontraban vacías. En el sofá yacía el cuerpo inmóvil de una pelinegra, su mano derecha descansaba en el suelo mientras el izquierdo apoyaba su cabeza como una almohada, con la poca luz que se filtraba se podía iluminar levemente su rostro, un rostro pálido con leves manchas negras bajo los ojos, señal de una noche de desvelo.

El timbre de la puerta sacó de su pacifico sueño a la chica haciendo que un quejido saliera de sus labios, sus párpados perezosos se fueron abriendo poco a poco dando paso a unos hermosos pero cansados ojos verdes esmeralda.

Respiró tomándose un minuto para asimilar donde estaba y aterrizar en la realidad pero el sonido insistente del timbre no la dejó por mucho tiempo.

Con mucho esfuerzo se levantó del sofá sintiendo de inmediato los efectos de todas aquellas botellas tiradas a su alrededor, maldijo en su mente por el dolor de cabeza y la torpeza al caminar.

Cuando al fin fue capaz de llegar a la puerta se tomó un segundo para abrirla.

Justo cuando la abrió fue recibida por una pierna levantada a punto de patear su rostro.

-¡Sara detente!- Escuchó el grito reconociendo la voz de una de sus amigas.

-Pero... ¡¿Qué rayos?!

-Dios mío Lena!!! Estábamos tan preocupadas- Sam se acercó a ella rodeándola con sus brazos, mientras las demás entraban al apartamento.

Lena se permitió relajarse un poco en el abrazo, antes de mirar a sus tres mejores amigas frente a ella.

-¿Qué hacen aquí chicas?

-¿Qué hacemos aquí? Estábamos preocupadas por ti, no contestabas las llamadas ni mensajes, llamé a las chicas para venir a buscarte.

-Lena querida ven aquí.- Andrea empujo a Sam para abrazar a Lena.- ¿Cómo estás, cómo te sientes?

-Yo, hum estoy bien Andy

-No nos mientas Leni- Sara se acercó y tomó sus manos- Solo dímelo y en este instante iré a patearle la cara a esa idiota, ayer quería hacerlo pero Sam no me dejo.

Lena soltó una pequeña risa ante aquel comentario.

Las chicas dieron una rápida mirada al desastre en el departamento de su amiga, era extraño verlo así pues Lena era una de las personas mas limpias y ordenadas del mundo, así que verla así solo indicaba lo mal que debería estarse sintiendo y por supuesto sabían que no era para menos.

Después de unos minutos de silencio por no saber si mencionar lo sucedido, se acercaron a Lena quien trataba de mantenerse firme y serena.

-Chicas...

-¡Es una perra!

-Sara!!-grito Sam mirando amenazadoramente a la rubia

-¿Qué?

-Dijimos que no mencionaremos nada!

-Ay por favor, ¿Cómo no hacerlo? Esa mujer merece todo nuestro odio! miren cómo está nuestra pequeña Lena!!

-Estoy bien chicas...

-Puede ser, pero eso no le quita lo perra.

-Terminar contigo por mensaje de texto?? Eso es bajo incluso para Sam- dijo Andrea acariciando la mano de Lena

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