Samuel y Rubén eran los típicos vecinos que se odiaban y vivían uno frente al otro. Sam no soportaba lo ruidoso que el chico era y Rubius que fuera tan controlador con sus cosas y con él.
Pero un sonido en el pasillo en medio de sus dos departamento...
Sam gruño por lo bajo al recoger el juguete de Tommy del piso por cuarta vez, ya incluso se había sentado en el suelo, mientras el bebé estaba boca abajo en el sillón impulsando sus pies para poder gatear y con sus manos ayudándolo a levantarse, cada vez lo intentaba más.
-¡Lo logré!
-Espero que sea lo suficientemente bueno como para que no lo escupa- Sam se puso de pie y Tommy automáticamente movió la cabeza siguiendo sus movimientos
-¿Dudas de mi experiencia culinaria?
-Sí, y mucho
Rubén hizo cara de ofendido, pero se le quito al ver a Tommy chupando su sonaja, lo hacía desde que su primer diente le estaba saliendo, incluso se metía el móvil de Samuel cuando no lo veían.
-El mejor catador será osito
Sam puso los ojos en blanco antes de ayudar a Tommy a sentarse en el mueble apoyado en los cojines, el bebé no se quejó, sino que rio estirando los brazos hacia Samuel
-¡Pa!
-¡Eh que no! ¡Primero yo!
-Supéralo chaval, me lo dirá primero a mí- Rubén bufo levantando el plato con puré de manzana que había hecho- ¿Solo hiciste uno?
-No, tengo puré de banana y cereales en la cocina
-Bien pensado
Tommy comenzó a hacer sus típicos soniditos, llevaba haciéndolo desde que cumplió los seis meses, dejando quietos tanto a Sam como a Rubén, esperando que en alguna de esas se le escape su primera palabra, pero no pasaba a más que balbuceos sin sentido que cambiaban de tono con su estado de ánimo. También habían notado que este último mes se mostraba más alegre cuando veía a Moni o a los amigos de Rub o Sam, excepto a Fargan, el cual cada que lo veía se ponía incomodo, lloraba o incluso gritaba, Rubius se sentía orgullo de su osito por eso.
-Dale tu
-No, dale tu
-¡Si no le gusta me va a odiar!
-Por eso mismo quiero que le des tu- Rubén lo miro de mala manera- Venga, eres su favorito, nunca le gritas
-Es que tú eres muy malhumorado
Esta vez el que lo miro mal fue Samuel, Rubén rio antes de levantar la cuchara mientras que Sam distraía a Tommy hablando de manera dulce, el pequeño sonrió al escucharlo, sin notar la cuchara que se acercaba a su boca. Para su suerte al meter la papilla en la boca del pequeño se quedó completamente quiero saboreándola
-¿Le gustó?
-No sé
Tommy frunció el ceño antes de hacer puchero con sus labios, Rubén intento volver a darle un poco, pero esta vez si gano un chillido del bebé, botando la comida en el sofá. Sam lo miro mal, ganándose una sonrisa inocente de Rubén
-Prometo que lo limpio después
-Creo que la manzana no le gusta, probemos con la banana
Rubén se puso de pie corriendo hacia la cocina, mientras que Sam se dedicaba a jugar con Tommy en el sillón, ocultando sus juguetes o haciéndole cosquillas.
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