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Narra Laura

Si quería conquistar la mente y corazón de mi enemiga entonces debía de pasar con ella el mayor tiempo posible.

Me levanté temprano para hacer un cronograma de salidas. Podríamos ser nosotras dos o el grupo completo, de cualquier manera ella caería ante mí.

Durante las clases les dije a las chicas de salir e investigar cómo se trabajaba en una cafetería, y con esa excusa las convencí de salir. Ahora sólo quedaba decirle a Estefanía y esperar a que aceptara.

Después del colegio volví con Azul, pero le dije que esperara en mi casa. Tenía que ver a mi enemiga. Fui hasta su casa para verla, estaba un poco nerviosa por ello. Tenía que ser una increíble actriz para que ella pensara en que de verdad cambié y que quiero que seamos amigas. Incluso si pudiera tratarla con honestos sentimientos, todo lo que quiero ahora es hacer que pague.

Cuando llegué a su puerta, los nervios me carcomían por dentro. Estaba decidida a seguir adelante con mi plan de venganza, aunque una pequeña parte de mí comenzaba a cuestionar esa decisión. Golpeé la puerta y esperé con el corazón en la mano.

Estefanía abrió la puerta y me miró con sus hermosos ojos llenos de cautela. Parecía sorprendida al verme allí, pero su expresión se suavizó al instante.

─ Laura, qué sorpresa verte aquí ─dijo, con una sonrisa genuina. ─ ¿Se te ofrece algo?

Respiré profundo y reuní todas las fuerzas que tenía para seguir adelante con mi plan.

─ Estefanía, pensé mucho en esto y tal vez me equivoqué sobre ti ─dije, intentando que mi voz sonara sincera. ─ Probablemente juzgué mal tus intenciones y pensé que podría darte una oportunidad para conocerte mejor.

Juro que si es ella tuviera una colita de perro, en este mismo momento la estaría moviendo emocionada.

Estefanía me miró con notable alegría, pero sin bajar la guardia. Podía ver el rastro de duda en sus ojos, mas algo en su mirada me decía que quería creer en mis palabras.

─ Laura, si esto es una broma o parte de algún plan...

─ Te prometo que no es ninguna broma, Estefanía ─respondí, tratando de mostrar la mayor sinceridad posible. ─ Quiero empezar de nuevo, quiero ser tu amiga de verdad.

Estefanía meditó mis palabras por un momento, analizando cada una de mis expresiones en busca de cualquier pista que pudiera demostrar mi autenticidad. Por fin, suspiró y pareció relajar su postura.

─ Está bien, Laura. Gracias por esta oportunidad -aceptó, con cautela.─ Prometo que mis intenciones son buenas, en verdad.

Asentí, tragando saliva. Sabía que estaba jugando con fuego, pero mi determinación era más fuerte que cualquier miedo o duda que pudiera surgir en mí.

La invité a salir en la tarde con las chicas a una cafetería y aceptó gustosa, me dijo que nos pasaría a buscar a todas en su auto.

Esperé ansiosa. Me arreglé más bonita y me quedé sentada fuera de mi casa.

Ella salió de su casa portando un outfit radiante y elegante. Me miró y me sonrió. Le devolví la sonrisa por pura amabilidad. Su madre salió detrás de ella y le dio unas cuantas advertencias sobre el vehículo y el tránsito.

Me reí por dentro. Estefanía no necesitaba consejos, ella conducía excelente.

Sofía me saludó en cuanto su hija estacionó el auto en mi casa. Antes de subirme, me despedí de la señora.

- Hola -le volví a decir a Estefanía.

- Hola -dijo con una sonrisa sincera.

- Hola -escuché que dijo una voz femenina en el asiento de atrás.

Todo Sobre Ella [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora