3

897 154 93
                                    

JooHyun jamás se perdió ni una sola práctica del coro y hasta aprovechaba para llegar temprano. Se había ganado a JiSoo, ambas conversaban sin inconvenientes, yo no le había contado sobre la vida que llevaba JooHyun, jamás me atreví a hacerlo. Por mi parte, me mantenía distante, no sabía realmente cómo acercarme a ti, Irene. Tú me mirabas siempre con una sonrisa, yo tenía que desviar mi mirada para sentir esa falta de aire, ese nerviosismo que generabas en mí.

ㅡ ¿Vendrás el domingo? ㅡ Pregunté tímidamente, JooHyun me miró y pestañeó varias veces hasta que corroboró que yo le estaba dirigiendo la palabra luego de varios días. ㅡ Vendrás a misa.

ㅡ JumSeok no me quiere aquí, pero haré lo posible por venir. El sábado en la noche tengo cosas que hacer. ㅡ Me explicó sin dar muchos detalles. Reinó el silencio entre nosotras, ella me miraba fijamente esperando mi reacción o que yo preguntara al respecto. ㅡ Me gusta mucho pasar tiempo con los niños.

ㅡ Usted también es de su agrado al parecer. ㅡ JooHyun bajó la mirada sonriente, la vergüenza se había apoderado de ella.

ㅡ ¿Y a ti?

ㅡ ¿Yo qué? ㅡ Repliqué perdida en la conversación.

ㅡ ¿A ti te agrado? ㅡ Dijo mientras sus ojos examinaban. Sus manos y caderas estaban apoyadas sobre la mesa, viéndome directo, buscando mi mirada.

ㅡ ¿Le importa mucho lo que piense de usted? ㅡ No me atreví a contestar, no tenía una respuesta concreta al respecto.

ㅡ Sé que tienes una imagen mía muy distorciada, sé el tipo de persona que soy, hermana SeulGi. ㅡ Habló profundo, viendo hacia el Cristo crusificado que estaba en medio de la sala. ㅡ Tengo un pasado y un presente muy tormentosos, puede juzgarme por eso si gusta. Pero no se deje guiar por lo que los demás dicen, las malas lenguas también se equivocan.

Fue lo último que dijo y yo me quedé sin palabras. Al no obtener respuesta, tomó su bolso, dándome una pequeña sonrisa antes de retirarse.

Tenía razón, yo la juzgaba por lo que YeRim y SooYoung me habían comentado, también por el trato que recibía por parte del Padre JumSeok, no tenía una opinión propia, no me había tomado el tiempo de analizarla por mis propios medios. Me sentí mal, se veía mal, yo estaba haciendo mal en dejarme influenciar por otros. Sentí lástima, estaba un poco enojada conmigo misma en aquél momento.

ㅡ Señorita JooHyun. ㅡ Llamé antes de que cruce la puerta y obtuve su atención. A rápidos pasos me acerqué a ella, se mostraba confundida. ㅡ No me cae tan mal.

No fue la forma correcta de decirlo, lo sé. Era ingenua, inocente e infantil para la edad que tenía. JooHyun ya había vivido muchas cosas en los pocos años que teníamos de diferencia. Ella soltó una risa y fue una de las primeras veces que logré esos nervios que ella causaba en mí. Sus mejillas estaban rojas, tuvo que desviar la mirada de mí, yo pensé que estaba ofendida.

ㅡ Me alegra oír eso.

Luego siguió su paso como si nada, dejándome allí de pie en la entrada, viendo su gatuna caminata con el corazón en la garganta, sus caderas se balanceaban de un lado al otro mientras su bolso colgaba de su mano. No miraste hacia atrás, pero seguro te hacías una idea de que yo siempre tenía los ojos puestos en ti. Estoy segura que sabías que ya había caído en tus encantos, solamente faltaba que yo fuera consciente de aquello, lo cual fue la peor parte de aceptar.

"Y si tu ojo derecho te hace pecador, arráncatelo: más vale perder una parte de tu cuerpo que ser puesto entero en el fuego." (Mateo 5:29)

Al darme la vuelta para volver a los dormitorios, me encontré al Padre JumSeok, mirándome con los brazos detrás de su espalda. Estaba serio, me asusté un poco y retrocedí.

𝐑𝐄𝐋𝐈𝐆𝐈𝐎𝐍Where stories live. Discover now