CAPITULO 48| RECUERDO.

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— Aún me resulta impresionante el hecho de que pudieras ocultar tu embarazo — Firuze sonrio de forma maliciosa.

Ilknur nego mientras rodaba los ojos.

— Fue difícil ocultar a Mahnaz y Mirza, pero no imposible. — Un sabor amargo se extendió por su boca al recordar cómo fueron procreados.

⟨ Flashback ⟩

« Derya miró a Ilknur totalmente preocupada.

¿Cómo era posible que su sultana estuviera embarazada y nadie se hubiera dado cuenta?.

— No digas nada — Ilknur Sollozo — El Sultán me ejecutara en cuanto se de cuenta.

Derya nego frenéticamente.

— No diga esas cosas mi Sultana.

Ilknur lloro amargamente sobre su cama, el bebé que crecía en su vientre era fruto de aquel abuso, y ella lo sabía.

Llevaba meses de aislamiento voluntario, el Sultán había ido a visitarla en algunas ocasiones, pero no había notado el vientre pronunciado de su esposa, ya que no se podía acercar a ella porque tenía una "enfermedad contagiosa".

— Mi Luna, me entristece tanto tu estado — Suleymán la miró desde la puerta.

Ilknur se forzó a sonreir.

— No debe entristecer mi Sultán, pronto mejorare si es el  designio de Allah — Luego de un rato Suleymán se retiro de la habitación.

Horas después Ilknur entro en labor de parto, discretamente lograron meter una partera al palacio. Los quejidos de Ilknur eran mitigados por la tela que se encontraba en su boca. Luego de un par de horas dió a luz, una niña y un niño, a pesar de todo no pudo despreciarlos, el niño se parecía a ella, y la niña tenía rasgos de su madre.

Ella misma los nombro.

— Tu nombre será Mirza; Shahzadeh heredero. — Luego tomo a la niña — Tu nombre será Mahnaz; el regalo de Dios.

Con todo el dolor de su alma envío a sus hijos en secreto al palacio Rubí, luego de haber conseguido nodrizas de su confianza, traídas especialmente de su tierra natal, las cuales se encargaría de enseñarles las costumbres y reglas de Persia.

Cada mes Ilknur viajaba en secreto al palacio, y cada vez más el dolor echaba raíces en su corazón, no pudo escuchar las primeras palabras de sus hijos, y eso le dolía.

— Oh por Allah Sultana — Ilknur giró en dirección a la nodriza, aún sosteniendo a Mirza en brazos.

Su boca se abrió de la impresión al ver cómo Mahnaz daba sus primeros pasos, luego se callo y empezó a gatear en dirección a su madre, la cual la cargo sin soltar al niño.

— No puedo creerlo, Mahnaz te gano, eh — Sonrió burlona en dirección a su bebé.

El niño balbuceaba mientras fruncía sus cejas.

Ilknur río mientras llenaba la cara de su bebé a besos.»

⟨ Fin del Flashback ⟩



“› Y así nos enteramos el porque nadie sabía sobre Mirza y Mahnaz.

Pobre de Ilknur ;( aunque nada de eso justifica todo el daño que a hecho, porque hay que reconocer que ella tampoco es una blanca paloma.

¿Esto traerá problemas? Definitivamente.

¿Hakan se enterará? Sip. ‹”

𝗦𝗨𝗟𝗧𝗔𝗡𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗛𝗜𝗘𝗥𝗥𝗢 | ᴇʟ sᴜʟᴛᴀɴ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora