Fourteen

160 13 0
                                    

Entré al comedor y vi a Alanna y Sebastian sentados a la mesa desayunando. Podría preguntarme por qué Alanna está aquí, pero toda mi preocupación es Chuck en este momento. Perder a su padre. Ni siquiera puedo imaginar el dolor. Me senté y nuestra madre entró mirando el periódico. —Esta es una linda foto. Lily debería enviar una nota de agradecimiento al editor de fotos.— Dejó el papel sobre la mesa y se sentó. —¿Cómo está Charles?— Ella me miró.

Me encogí de hombros. —¿Quién sabe? No ha respondido ninguna de mis llamadas ni mensajes de texto. Pero el hotel dice que siguen enviando comida, así que hay algo vivo en esa habitación.— Me estiré para agarrar un bagel. —Tal vez estoy subestimando su vínculo emocional con Kim y Kristi del servicio de habitaciones, pero creo que en un momento como este, debería estar con alguien que se preocupe por él.

Se hizo el silencio en la habitación y cuando levanté la vista todos me estaban mirando. —¿Cuándo tu y Charles se convirtieron en algo?— Mamá preguntó con una sonrisa en su rostro.

—¿En serio mamá? su padre está siendo enterrado y ¿quieres tener esta conversación ahora mismo?— Pregunté y ella se encogió ligeramente de hombros.

—La vida debe continuar.

—¿Por qué no hablas con Sebastian sobre Blair?

—Ya lo hizo.— Sebastian sonrió y puse los ojos en blanco.

—Tal vez Nate haya tenido noticias de Chuck.— Me levanté de la mesa llevándome mi plato.

Con ayuda de Nate, pude arreglar un poco a Chuck y llevarlo a la limusina. Bajamos un poco por el camino de entrada para que Chuck caminara un poco antes de llegar a la iglesia. Yo estaba de un lado sosteniéndolo y Nate al otro. Apenas podía caminar en línea recta. —Deberíamos haberlo llevado hasta la puerta y dejarlo en las escaleras.— dijo Nate.

—Nadie debería verlo así. Necesita alejarse. Está bien, camina, Chuck. Dobla la rodilla, levanta el pie.— Dije.

—Tal vez deberíamos haberlo dejado en el Palace.

—Es el funeral de su padre. Necesita estar aquí y mostrar sus respetos.

—¿Respeto? Mi padre no mostró mucho de eso en sus últimos días.— Chuck murmuró con tanta ira.

—¿De qué está hablando?— Nate preguntó y me encogí de hombros.

—¿Quién sabe? Cuando lo encontramos, llevaba los zapatos en el pie equivocado.— Volví a mirar a Chuck. —Chuck, ¿Recuerdas que en octavo grado solías servirte el Decanter en la biblioteca del Capitán?

—Donde me aficioné por primera vez al whisky de malta.— Chuck recordó.

—Así es. Y tenías que volver a casa para disfrutar de una cena de 4 platos sin desmayarte.— Añadió Nate.

—No quería que mi padre pensara menos de mí. ¿Qué importa eso ahora?

Tomé su rostro haciéndolo mirarme. —Chuck, ¿tendré que meterte el dedo en la garganta? Nate te sujetará el pelo.— Miré a Nate y parecía confundido. —¿Qué?

—No, no. Lo siento, Lena. Me tenías y luego me perdiste.

Puse los ojos en blanco. —Sólo endereza su corbata.

Llegamos a todos los demás cuando Chuck simplemente se fue enojado hacía Dan. ¿Por qué? No sé. —¡Oye! ¡¿Qué diablos estás haciendo aquí?!— Chuck preguntó y yo corrí detrás de él.

—¿Perdona?— Preguntó Dan.

—Simplemente está molesto y cargado.— Le susurré levemente a Dan para que no llamará la atención.

Gossip Girl (Book 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora