Crococerdito

8

¿Cuánto tiempo había pasado? No estaba seguro. ¿Dónde estaba? No tenía ni la más mínima idea. Lo único que Taeyong sabía en ese momento era que su espalda baja dolía horriblemente y el zumbido persistente de los mosquitos era más irritante que reconfortante.

A pesar del desconcierto sobre su ubicación, Taeyong ansiaba volver a sumergirse en el sueño reparador que lo había acunado momentos antes. Sin embargo, al extender la mano para tomar la supuesta sábana, se encontró agarrando por error una piel disecada de algún animal.

Al levantarse de la cama, aún sumido en la confusión del despertar, Taeyong notó que la estructura de la cama parecía más un nido improvisado con ropas desordenadas que una cama convencional. Pero lo que más lo desconcertaba eran las flores y pieles dispersas por todo el lugar.

¿Un nido hecho de flores y pieles de animales? La idea parecía tan surrealista que Taeyong se frotó los ojos, preguntándose si aún estaba atrapado en un sueño.

De repente, el aire se llenó con un aroma embriagador a especias, y antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, el alfa apareció en la habitación con una canasta rebosante de flores en una mano y pieles de animales en la otra.

— ¡Vaya! ¡Por fin despiertas! Estaba tan preocupado por tu desmayo — el alfa envolvió al omega en un abrazo reconfortante, mientras este último aún estaba perplejo, tratando de asimilar la situación—. ¿Qué te parece? ¿Cómo quedó?

—¿Qué? —balbuceó Taeyong, tratando de comprender lo que veía a su alrededor.

—El nido, por supuesto —respondió el alfa con una sonrisa—. Sé que parece algo extraño, pero siempre quise hacer esto. Le prometí a mamá que cuando tuviera la oportunidad de aparearme con mi pareja, construiría un nido hermoso para nuestras crías.

—¿Crías? —Taeyong parpadeó, intentando procesar la revelación.

—Sí, crías —confirmó el alfa con una mirada llena de ilusión—. El nido puede parecer un poco desordenado o extraño, pero no conseguía que mi cocodrilo entrara en razón. Quería usar mucha vegetación del tipo que no es muy agradable pero común en los cocodrilos, pero no quería hacer algo que pudiera resultarte incómodo. Así que llegamos a un acuerdo y optamos por flores. Las pieles son una muestra de mi amor genuino hacia ti, y la ropa... bueno, esa fue mi idea. Quería que mi olor te acompañara durante todo este proceso.

Taeyong quedó sin palabras, pronto su omega comenzó a chillar lleno de gratitud ante el gesto tan cariñoso y considerado del alfa. Era evidente que aquel nido no solo era un refugio físico, sino también un símbolo del profundo amor y compromiso.

— ¿Estás asumiendo acaso que estoy en espera solo por lo que pasó ayer? —inquirió Taeyong con un dejo de incredulidad en su voz.

— Fue hace tres días — corrigió — Y sé que estás en espera, la inseminación de cocodrilos es bastante efectiva —respondió el alto alfa con una sonrisa que dejaba al descubierto sus hoyuelos, irradiando una alegría genuina—. Debes estar hambriento, fui a cazar algo. Lo prepararé y te lo traeré, espera aquí —añadió, inclinándose para depositar un tierno beso en la frente del omega, pero su movimiento fue interrumpido por el agarre firme del brazo de Taeyong.

— Mira, aprecio lo que hiciste... —comenzó Taeyong, buscando las palabras adecuadas para expresar su gratitud.

— Se llama nido

— Sí, nido. Aprecio que hayas creado este espacio para mí y toda la hospitalidad que me has brindado desde que me rescataste —continuó Taeyong, pero su tono se volvió más serio. Era el momento de ser honesto consigo mismo y con el alfa, sin importar las consecuencias. —. Pero no puedo quedarme aquí, y mucho menos puedo estar en espera de un bebé. Soy un omega infértil; los médicos dicen que nunca podré tener una familia, así que no te hagas ilusiones sobre bebés o crías, no las habrá.

— ¿Infértil? —el alfa parecía desconcertado por la revelación.

— Sí, así que olvida todo eso. Tal vez puedas encontrar otro omega o cocodrila que pueda darte la familia que tanto deseas —concluyó Taeyong, dirigiéndose hacia la puerta con determinación, pero esta vez fue el alfa quién lo detuvo.

— Dijiste que yo era tu alfa —recordó el alfa con voz suave, buscando una respuesta que tuviera sentido en medio de la confusión.

— Mi omega puede decir cosas incoherentes a veces y mucho más si está caliente —murmuró Taeyong, sin atreverse a mirar a los ojos del alto.

La situación era complicada, y Taeyong se encontraba en un dilema que lo mantenía en vilo. Había sido una experiencia intensa e inolvidable, pero debía poner límites al alfa apresurado que parecía querer establecer una relación de pareja solo por haber intimado.

Era necesario que comprendiera que para los no-híbridos, las cosas no funcionaban de esa manera.

El recuerdo del encuentro íntimo aún resonaba en su mente, mezclado con emociones contradictorias. Por un lado, había disfrutado del momento y se sentía atraído por el alfa de una manera que le resultaba desconcertante y emocionante. Pero por otro lado, sabía que no podía comprometerse con alguien tan rápido, especialmente considerando las diferencias en las expectativas y en la forma de abordar las relaciones entre híbridos y no-híbridos.

Sabía muy en el fondo que tal vez pudo herir los sentimientos del emocionado alfa. Sin embargo, era crucial para ambos tener una comprensión clara de dónde se encontraban y hacia dónde iban.

Feliz San Valentín, un regalito para ustedes 💗

garcias por sus comentarios y votos, amo mucho leerlxs, espero les guste 💋