Aziraphale estaba asustado, todos los veían de una manera muy extraña, eso le causaba escalofríos.
Por suerte, encontró un demonio muy amable, que lo acompañó al Hazbin Hotel, ya que él también se dirigía para ese lugar.
El cabello rojizo del demonio le recordó a su amado, lo cual lo puso triste porque no sabía en donde se encontraba y eso lo asustó. El demonio se dió cuenta de esto y le preguntó que le sucedía.
?: ¿Por qué esa cara amigo mío? Sonríe, nunca estás completo sin una sonrisa.
Azira: Es mi pareja, me preocupa que esté aquí solo, digo, sabe cuidarse pero nunca habíamos estado por estos rumbos.
?: Bueno, podrías pedirle ayuda a Charlie, es la dueña del hotel, además de que es la princesa del Infierno.
Azira: ¿Princesa del Infierno?
?: Sí.
Azira: ¿Entonces es un Anticristo?
?: ¡Ja! La verdad no lo creo probable, y si es así, no le haría daño a nadie.
Aziraphale divagó en sus memorias.
?: ¿Sucede algo?
Azira: Yo conocí al Anticristo, ni siquiera aceptó que fuera el hijo de Satán, supongo que por eso lo borraron del Libro de la Vida.
?: No pareces de por aquí.
Azira: Tienes razón. He estado en el Infierno, y lo que recuerdo no se parece en nada a este lugar.
?: Bueno, muy pronto aclararás tus dudas.
Azira: Eso espero. Por cierto, ¿cuál es tu nombre? —sonrió.
?: Alastor, ¿y tú? —dijo mientras le devolvía la sonrisa.
Azira: Aziraphale.
Alastor: Tu nombre suena angelical, ¿sabes?
Azira: Es que soy un ángel, estoy aquí porque mis superiores pidieron que yo viniera, también vino mi novio, él sí es un demonio, pero, vuelvo a repetirlo, nunca habíamos estado aquí.
Alastor: Eso es extraño.
Azira: De todos modos no es como que pudiera desobedecer, me volvería un ángel caído.
Alastor: En eso tienes razón.
Pasados unos minutos, Alastor y Aziraphale llegaron al hotel.
Alastor: ¡Buenos días Charlie! Mira, tengo un nuevo residente.
Charlie: ¡Hola!, es todo un placer que quieras hospedarte aquí, ¿cuál es tu nombre?
Azira: Soy Aziraphale, un gusto.
Charlie: No pareces un demonio, más bien tienes aspecto de un ángel.
Alastor: Es por qué es un ángel, querida.
Charlie: ¿Entonces que hace aquí?, no se ve como un ángel exterminador y definitivamente los de su tipo no vienen aquí.
Azira: Es que no soy de aquí, me pidieron que viniera para saber el propósito de este hotel. No sé ofendan, pero si no me lo piden nunca hubiera venido aquí.
Charlie: Eso explica mucho —sonrió—. En fin, creé el hotel para que los demonios pudieran ser redimidos y llegar al Cielo. Como hay sobrepoblación en el Infierno decidí que era lo mejor para no tener más perdidas, que de por sí hay muchas a diario.
Azira: ¿Ese es el propósito? Vaya, tienes un gran corazón si decides hacer esto por ellos, ¡apoyo tu idea!
Charlie estaba impactada, creía que iba a ser más difícil convencer a un ángel de que la redención es posible, eso le ayudó a ser más optimista, ya que en poco tiempo tendría una reunión en el Cielo.
Charlie: Gracias, de verdad es agradable que apoyes mi idea.
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Crowley: No quiero ser molesto, pero, ¿cuánto falta?
Blitz: No seas chillón, para eso tenemos a tenemos a Moxxie —dijo y luego rió.
Moxxie suspiró.
Moxxie: Más o menos falta media hora.
Crowley: Dios, el camino sí que es largo.
Millie: Hubiéramos salido antes si Blitz y Loona no pelearán cada cinco minutos.
Loona: Hey, no es mi culpa que no quiera dejarme salir a ningún puto lado.
Blitz: Afuera hay gente muy mala cariño, no dejaré que te hagan daño.
Crowley: ¿Qué eres, su padre? Porque la sobreproteges demasiado.
Blitz: Bueno, la adopté hace años, pero parece que no lo aprecia.
Loona: No tengo porque agradecerte, iba a cumplir dieciocho.
Blitz: ¡Ja! Si como no. Si no...
Siguieron discutiendo la siguiente media hora hasta que llegaron al círculo del Infierno dónde estaba el hotel.
Millie: Bueno, llegamos.
Crowley: Gracias, creo.
Moxxie: Aquí te dejamos, nosotros nos iremos. Suerte... con lo que sea que vayas a hacer.
Blitz: Espera Moxxie, ¿no te da curiosidad que vaya a hacer?, solo digo, si va a hacer algo malo, más de lo normal, nos metería en problemas.
Millie: Creo que tiene razón, podríamos solo preguntar y acompañarlo.
Moxxie: Mmm, ya que.
Blitz: ¡Oye, Crowley! ¡Te vamos a acompañar!
Crowley: Ni modo, de todos modos era un día de mierda —suspiró.
